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Voto de Miquel:
8
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18.554
Drama
Los habitantes de un campo de refugiados del Kurdistán iraquí buscan desesperadamente una antena parabólica para poder estar informados del inminente ataque americano contra Irak. Los niños del campamento, liderados por un chico al que llaman "Satélite", se dedican a la recogida y venta de minas antipersona. Nuevos refugiados llegan al lugar: un joven mutilado, su hermana y un niño pequeño. Satélite quedará prendado de la triste belleza de la joven. (FILMAFFINITY) [+]
24 de diciembre de 2008
40 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercer largometraje del realizador iraní Bahman Ghobadi. El guión, del propio realizador, basado en experiencias personales, desarrolla una historia de ficción. Se rueda en escenarios naturales del Kurdistán iraní y en un campo de refugiados kurdos, próximo a la frontera de Irán, Irak y Turquía. Nominado a un Oscar (película de habla no inglesa), gana la Concha de oro de San Sebastián (mejor película). Producido por Babak Amini, Hamid Ghobadi, Hamid Ghavami y Bahman Ghobadi para Mij Films (Irán), se estrena el 10-IX-2004 (Festival de Toronto, Canadá).
La acción dramática tiene lugar en un campo de refugiados kurdos de Irak, próximo a la frontera con Turquía, durante unas 8 semanas, entre los días inmediatamente anteriores a la invasión de Irak (19-III-2003) y la culminación de la misma (1-V-2003). “Satélite” Kak (Soran Ebrahim) es un muchacho de 13 años, inquieto y espabilado, que ejerce como líder natural de un numeroso grupo de chiquillos de un campo de refugiados kurdos. Entre tanto, llegan al lugar, desplazados de otro campo, Henkov (Hirsh Feyssal Rahman), que perdió los dos brazos a causa de la explosión de una mina antipersona, su hermana Agrin (Avaz Latif), de 13/14 años, y su hijo de 3 años, Riga (Abdol Rahman Karim). "Satélite" cuanta con la amistad incondicional de Pashow (Saddam Hossein Feysal) y la admiración de Shirkooh (Ajil Zibari).
El film suma drama y guerra. Relata las historias de varios niños kurdos residentes en un campo de refugiados que acoge una población total de unos dos centenares de personas desplazadas y sin hogar. La narración se desarrolla desde el punto de vista de unos niños que viven en sus carnes la tragedia de la guerra, la miseria, la falta de recursos esenciales y de primera necesidad, el desarraigo, la persecución sangrienta del ejército iraquí y otras calamidades. A la situación general se añaden las tragedias personales de los huérfanos, los desamparados, los mutilados. Por dinero, los chavales limpian de minas antipersona los campos de los alrededores, sin protección alguna, sin vigilancia de los mayores y con grave riesgo de la propia integridad física. Pashow perdió una pierna, Henkov perdió los dos brazos y otros perdieron la vida. Venden los artefactos desactivados en el mercado negro de la ciudad y con el dinero adquieren (o alquilan) armas automáticas y munición para defender a los suyos de los ataques baasistas.
El relato traspira cotidianeidad, realismo y verismo. De inspiración documentalista, incorpora una trama argumental sencilla, puesta al servicio de la descripción de una realidad sobrecogedora, que desgarra el corazón y hiela el alma. Mediante rápidos flashbacks se explican hechos del pasado relacionados con situaciones del presente (asesinatos, abusos, violaciones múltiples de mujeres y niñas, por parte de soldados de Sadam). El relato incorpora toques de un humor singular.
(Sigue en el "spoiler" sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en un campo de refugiados kurdos de Irak, próximo a la frontera con Turquía, durante unas 8 semanas, entre los días inmediatamente anteriores a la invasión de Irak (19-III-2003) y la culminación de la misma (1-V-2003). “Satélite” Kak (Soran Ebrahim) es un muchacho de 13 años, inquieto y espabilado, que ejerce como líder natural de un numeroso grupo de chiquillos de un campo de refugiados kurdos. Entre tanto, llegan al lugar, desplazados de otro campo, Henkov (Hirsh Feyssal Rahman), que perdió los dos brazos a causa de la explosión de una mina antipersona, su hermana Agrin (Avaz Latif), de 13/14 años, y su hijo de 3 años, Riga (Abdol Rahman Karim). "Satélite" cuanta con la amistad incondicional de Pashow (Saddam Hossein Feysal) y la admiración de Shirkooh (Ajil Zibari).
El film suma drama y guerra. Relata las historias de varios niños kurdos residentes en un campo de refugiados que acoge una población total de unos dos centenares de personas desplazadas y sin hogar. La narración se desarrolla desde el punto de vista de unos niños que viven en sus carnes la tragedia de la guerra, la miseria, la falta de recursos esenciales y de primera necesidad, el desarraigo, la persecución sangrienta del ejército iraquí y otras calamidades. A la situación general se añaden las tragedias personales de los huérfanos, los desamparados, los mutilados. Por dinero, los chavales limpian de minas antipersona los campos de los alrededores, sin protección alguna, sin vigilancia de los mayores y con grave riesgo de la propia integridad física. Pashow perdió una pierna, Henkov perdió los dos brazos y otros perdieron la vida. Venden los artefactos desactivados en el mercado negro de la ciudad y con el dinero adquieren (o alquilan) armas automáticas y munición para defender a los suyos de los ataques baasistas.
El relato traspira cotidianeidad, realismo y verismo. De inspiración documentalista, incorpora una trama argumental sencilla, puesta al servicio de la descripción de una realidad sobrecogedora, que desgarra el corazón y hiela el alma. Mediante rápidos flashbacks se explican hechos del pasado relacionados con situaciones del presente (asesinatos, abusos, violaciones múltiples de mujeres y niñas, por parte de soldados de Sadam). El relato incorpora toques de un humor singular.
(Sigue en el "spoiler" sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hace referencia a la crueldad de la guerra, las desventuras de la infancia en situaciones bélicas, la miseria en la que vive el pueblo kurdo (símbolo de otros pueblos de otros Continentes), la angustia que padece un pueblo mal informado, informado a medias o desinformado, la capacidad de sufrimiento de las personas y de los niños, la particular virulencia con que la guerra hiere a los inocentes, a los indefensos y a los menores, los extremos a los que pueden llegar en ocasiones el dolor y la desesperación de un niño. Dedica especial atención a la importancia de la amistad, el compañerismo y la solidaridad entre iguales, en especial entre los menores.
La música, compuesta por Housein Alizadeh, aporta una partitura emotiva y sugerente que explica y refuerza el sentido de la acción con melodías de aires autóctonos, propios del lugar. Mención especial mrece el tema dedicado a Agrin, niña de fascinante belleza y abrumadora fragilidad. La fotografía, de Shahriar Assadi, en color, envuelve la acción en un paisaje vertiginoso y tormentoso, poblado de truenos, lluvia, fango y humedad. La cámara se mueve en busca de sus objetivos con gestos que recuerdan los del documental y, en ocasiones, los del noticiario de urgencia. Las interpretaciones de los chicos y de la chica sorprenden por la naturalidad y credibilidad.
Es una de las pocas películas que analizan la guerra desde el punto de vista de la infancia. De gran interés.
La música, compuesta por Housein Alizadeh, aporta una partitura emotiva y sugerente que explica y refuerza el sentido de la acción con melodías de aires autóctonos, propios del lugar. Mención especial mrece el tema dedicado a Agrin, niña de fascinante belleza y abrumadora fragilidad. La fotografía, de Shahriar Assadi, en color, envuelve la acción en un paisaje vertiginoso y tormentoso, poblado de truenos, lluvia, fango y humedad. La cámara se mueve en busca de sus objetivos con gestos que recuerdan los del documental y, en ocasiones, los del noticiario de urgencia. Las interpretaciones de los chicos y de la chica sorprenden por la naturalidad y credibilidad.
Es una de las pocas películas que analizan la guerra desde el punto de vista de la infancia. De gran interés.