Media votos
6,7
Votos
5.206
Críticas
1.665
Listas
182
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Miquel:
8
6,7
21.670
Comedia. Drama
Melinda (Radha Mitchell) sufre dos crisis completamente diferentes que dan lugar a situaciones cómicas y dramáticas, que sirven para abordar las cuestiones recurrentes del cine de Allen: la fragilidad del amor, la infidelidad dentro del matrimonio, el romance sofisticado, la incomunicación. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2009
41 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Último film de Woody Allen rodado hasta la fecha en EEUU. El guión es original de Allen, que trabajó en él durante un mes. Se rueda en escenarios exteriores (Central Park, Hipódromo de Belmont Park, excursión a The Hamptons en Long Island) e interiores (apartamentos, bares ...) de NYC, con un presupuesto estimado de 12 M USD. Producido por Letty Aronson (hermana de Woody Allen) para Fox Searchlight, se proyecta por primera vez en público el 17-IX-2004 (Festival San Sebastián).
La acción dramática tiene lugar a lo largo de varias semanas del otoño de 2003 en Manhattan (NYC). En un bistró (establecimiento popular francés en el que se sirven refrescos, bebidas, pastas y comidas económicas) cuatro personas (tres hombres y una mujer) discuten sobre la esencia de la vida. Spy (Shwan), comediógrafo de profesión, opina que la vida es esencialmente una comedia. Max (Pine), dramaturgo de profesión, cree que la vida es esencialmente una suma de tragedia y drama. El tercer compañero esboza una historia, la de Melinda (Mitchell), que le han contado unos amigos, para ponerlos a prueba. Una joven mujer, separada, privada de la custodia de sus 2 hijos, tras una dura experiencia personal regresa a NYC, donde nació, para apoyarse en el afecto y comprensión de sus dos amigas de la infancia y de toda la vida, Laurel (Sevigny) y Cassie (Smith). Laurel, casada con el actor Lee (Miller), es profesora de música para personas sordas. Cassie, casada con Peter (Orth), abogado, está embarazada. Los dos matrimonios son amigos de la pareja formada por el actor Hobie (Ferrell) y la productora de cine independiente, Susan (Peet).
Los dos escritores desarrollan la historia del compañero de modo diferente: uno le da el tono de drama y el otro el de comedia. Las intervenciones pares son trágicas y las impares son propias de una comedia de humor. La protagonista de las dos versiones es Melinda Robacheau (apellido de la madre) (1), que tiene una manera de ser y una personalidad diferente en cada una de ellas. En la historia dramática es insegura, está emocionalmente rota y es autodestructiva. Ha intentado suicidarse y no para de fumar, beber y tomar pastillas (tranquilizantes y antidepresivas). En la historia cómica se muestra segura, afronta las cosas con presencia de ánimo y buen humor y, pese al bache emocional del momento, respira felicidad interior.
El film suma drama y comedia. Alternado los dos enfoques, el film trata temas habituales del realizador, como la fragilidad del amor, las debilidades de la pareja estable, la infidelidad conyugal, la incapacidad de comunicación, la complejidad de las relaciones de pareja, la búsqueda del amor, el enamoramiento, los celos, las segundas oportunidades, la soledad, la ruptura (traumática o amigable), etc.
(Sigue sin “spoilers”)
La acción dramática tiene lugar a lo largo de varias semanas del otoño de 2003 en Manhattan (NYC). En un bistró (establecimiento popular francés en el que se sirven refrescos, bebidas, pastas y comidas económicas) cuatro personas (tres hombres y una mujer) discuten sobre la esencia de la vida. Spy (Shwan), comediógrafo de profesión, opina que la vida es esencialmente una comedia. Max (Pine), dramaturgo de profesión, cree que la vida es esencialmente una suma de tragedia y drama. El tercer compañero esboza una historia, la de Melinda (Mitchell), que le han contado unos amigos, para ponerlos a prueba. Una joven mujer, separada, privada de la custodia de sus 2 hijos, tras una dura experiencia personal regresa a NYC, donde nació, para apoyarse en el afecto y comprensión de sus dos amigas de la infancia y de toda la vida, Laurel (Sevigny) y Cassie (Smith). Laurel, casada con el actor Lee (Miller), es profesora de música para personas sordas. Cassie, casada con Peter (Orth), abogado, está embarazada. Los dos matrimonios son amigos de la pareja formada por el actor Hobie (Ferrell) y la productora de cine independiente, Susan (Peet).
Los dos escritores desarrollan la historia del compañero de modo diferente: uno le da el tono de drama y el otro el de comedia. Las intervenciones pares son trágicas y las impares son propias de una comedia de humor. La protagonista de las dos versiones es Melinda Robacheau (apellido de la madre) (1), que tiene una manera de ser y una personalidad diferente en cada una de ellas. En la historia dramática es insegura, está emocionalmente rota y es autodestructiva. Ha intentado suicidarse y no para de fumar, beber y tomar pastillas (tranquilizantes y antidepresivas). En la historia cómica se muestra segura, afronta las cosas con presencia de ánimo y buen humor y, pese al bache emocional del momento, respira felicidad interior.
El film suma drama y comedia. Alternado los dos enfoques, el film trata temas habituales del realizador, como la fragilidad del amor, las debilidades de la pareja estable, la infidelidad conyugal, la incapacidad de comunicación, la complejidad de las relaciones de pareja, la búsqueda del amor, el enamoramiento, los celos, las segundas oportunidades, la soledad, la ruptura (traumática o amigable), etc.
(Sigue sin “spoilers”)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Añade reflexiones sobre la fantasía como elemento capaz de modificar la realidad, el proceso de creación artística, la variedad de los métodos y procedimientos creativos. Establece la validez equivalente del drama y de la comedia y la complementariedad de ambos como medios de representación artística de la realidad. Por lo demás, el film constituye una revisión y a la vez un resumen de la obra completa del realizador y la visitación de sus géneros habituales: comedia (incluida la comedia alocada), drama y comedia dramática. Contiene discretas referencias a sus películas “Delitos y faltas”, “Poderosa Afrodita”, “Interiores”, “Annie Hall” y otras.
El guión combina fluidez y complejidad. Integra bien en la acción los diálogos. La historia respira contemporaneidad: habla del presente, de personas actuales , de problemas de hoy. Los personajes lucen naturalidad, sinceridad y realismo. Los cortes de las historias se presentan bien ensamblados: no hay saltos, ni discontinuidades, ni fricciones, ni pausas de espera. En este sentido, el trabajo del realizador consigue unos resultados excelentes. Pese al protagonismo de Melinda, la obra es una pieza coral en la que el grupo tiene una importancia capital y las relaciones que se establecen entre los componentes del mismo son relevantes a efectos del desarrollo general del relato. El trabajo se aparta claramente de los modelos teatrales y dispone el movimiento de los actores con la solidez cinematográfica propia de un maestro. El ritmo de la historia es intenso y gratificante. El montaje, a cargo Alisa Lepselter, colaboradora habitual de Allen, es magnífico.
La cinta contiene citas cultas tan oportunas como la novela “Madame Bovary” (de Flaubert), el dramaturgo Anton Chejov, los compositores Mahler y Bartok y otros. Demuestra su afición al cine clásico ofreciendo un corte de “Satanás” (“The Black Cat”) (Ulmer, 1934).
La banda sonora combina temas clásicos y de jazz. Los momentos duros se acompañan con temas de Stravinski (“Concierto para cuerdas”), los tristes con Mahler (“Sinfonía nº 2”), los de distensión con Duke Ellington y los sentimentales con Cole Porter. Los intérpretes reflejan las preferencias de Allen: Erroll Garner, Duke Ellington, Dick Hyman. La fotografía, de Vilmos Zsigmond (“El cazador”, Cimino, 1978), crea composiciones de dibujo equilibrado y clasicista, cuida con sumo cuidado los encuadres y presta especial atención a la combinación de colores, incluidos los dorados del vino blanco y los negros del tinto, normalmente situados en posiciones centrales de la imagen.
(1) Tras la serparación adopta el apellido de la madre en lugar de Nash (el del padre) por sus deseos de romper con el pasado.
Bibliografía
Jorge FONTE PADRÓN, “Woody Allen”, Ed. Cátedra, 500 págs., Madrid 2007.
Jorge ESPONDA, “Melinda y Melinda”, Cinencuentro, 9-VII-2005.
José A. TINDÓN, “Melinda y Melinda”, ‘El criticón’, (sin fecha).
J. A. SOUTO PACHECO, “Melinda y Melinda”, ‘Miradas de cine’, (sin fecha).
El guión combina fluidez y complejidad. Integra bien en la acción los diálogos. La historia respira contemporaneidad: habla del presente, de personas actuales , de problemas de hoy. Los personajes lucen naturalidad, sinceridad y realismo. Los cortes de las historias se presentan bien ensamblados: no hay saltos, ni discontinuidades, ni fricciones, ni pausas de espera. En este sentido, el trabajo del realizador consigue unos resultados excelentes. Pese al protagonismo de Melinda, la obra es una pieza coral en la que el grupo tiene una importancia capital y las relaciones que se establecen entre los componentes del mismo son relevantes a efectos del desarrollo general del relato. El trabajo se aparta claramente de los modelos teatrales y dispone el movimiento de los actores con la solidez cinematográfica propia de un maestro. El ritmo de la historia es intenso y gratificante. El montaje, a cargo Alisa Lepselter, colaboradora habitual de Allen, es magnífico.
La cinta contiene citas cultas tan oportunas como la novela “Madame Bovary” (de Flaubert), el dramaturgo Anton Chejov, los compositores Mahler y Bartok y otros. Demuestra su afición al cine clásico ofreciendo un corte de “Satanás” (“The Black Cat”) (Ulmer, 1934).
La banda sonora combina temas clásicos y de jazz. Los momentos duros se acompañan con temas de Stravinski (“Concierto para cuerdas”), los tristes con Mahler (“Sinfonía nº 2”), los de distensión con Duke Ellington y los sentimentales con Cole Porter. Los intérpretes reflejan las preferencias de Allen: Erroll Garner, Duke Ellington, Dick Hyman. La fotografía, de Vilmos Zsigmond (“El cazador”, Cimino, 1978), crea composiciones de dibujo equilibrado y clasicista, cuida con sumo cuidado los encuadres y presta especial atención a la combinación de colores, incluidos los dorados del vino blanco y los negros del tinto, normalmente situados en posiciones centrales de la imagen.
(1) Tras la serparación adopta el apellido de la madre en lugar de Nash (el del padre) por sus deseos de romper con el pasado.
Bibliografía
Jorge FONTE PADRÓN, “Woody Allen”, Ed. Cátedra, 500 págs., Madrid 2007.
Jorge ESPONDA, “Melinda y Melinda”, Cinencuentro, 9-VII-2005.
José A. TINDÓN, “Melinda y Melinda”, ‘El criticón’, (sin fecha).
J. A. SOUTO PACHECO, “Melinda y Melinda”, ‘Miradas de cine’, (sin fecha).