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Voto de Miquel:
9
8,2
148.217
Drama
Walt Kowalski (Clint Eastwood), un veterano de la guerra de Corea (1950-1953), es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin ... [+]
18 de enero de 2010
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Largometraje nº 29 de Clint Eastwood (San Francisco, 1930). El guión, de Nick Schenk, desarrolla un argumento original de Dave Johannson y Nick Schenk. Se rueda en escenarios naturales de Michigan, con un presupuesto estimado de 33 M USD. No obtiene ninguna nominación a los Oscar, gana un David di Donatello (película extranjera), dos National Board of Review (actor y guión original) y es nominado a un Globo de oro (canción original, “Gran Torino”). Producido por Clint Eastwood, Robert Lorenz y Bill Gerber para Village Roadshow, Malpaso, Media Magik y Warner, se presenta en sesión de preestreno el 9-XII-2008 (Burbank, CA).
La acción dramática tiene lugar en un barrio en proceso de degradación de la periferia de una gran ciudad industrial norteamericana (Detroit) en la actualidad (2008). Walt Kowalski (Eastwood), de ascendencia polaca, jubilado, montador durante 50 años de la empresa de automóviles Ford, viudo desde hace poco, solitario, amargado, malhumorado, gruñón, cascarrabias, antiguo combatiente de la Guerra de Corea (1950-53) y sin amigos. Se lleva mal con los dos hijos que tiene, no se relaciona con los vecinos y sólo habla con su perra Daisy, su propia imagen reflejada en el espejo y el barbero del lugar. Desde que enviudó sus únicas ocupaciones son las reparaciones domésticas, el cuidado del jardín, beber cerveza y mantener limpios y a punto su coche y su rifle M-1.
El film suma drama, crimen, racismo y vejez. La narración se desarrolla con sencillez y naturalidad; se mantiene alejada de la afectación; y se manifiesta con elegancia, lirismo y sensibilidad. El ritmo es ágil. El argumento es sencillo y de fácil comprensión. En él apoya una reflexión profunda, sincera, emotiva y rica en temas, interrogantes, experiencias, vivencias y recuerdos. Se expresa con sobriedad, contención y una encomiable economía de medios. Presta especial atención a los equilibrios entre las formas y el fondo, las imágenes y el contenido, la utilización de los recursos expresivos y los temas que trata. Compone unos diálogos rotundos y contundentes. A diferencia de trabajos anteriores, en éste se hace presente el humor. Se apoya en la ironía, la broma, las falsas apariencias, la osadía y cuidadas aproximaciones al terreno de lo vedado o inconveniente. No evita, cuando lo cree oportuno, la parodia y la burla. La visión que el protagonista tiene de sus hijos, nueras, nietos y nietas, es crítica, malévola y ácida, expresión de su antipatía y rechazo. Le preocupa la correcta construcción de los personajes y la descripción de su evolución, en especial la del protagonista y la de Thao. Demuestra que sabe y puede construir un personaje secundario con pocos trazos, como ocurre con la figura del barbero. La interpretación del protagonista es soberbia y son convincentes las de Thao (Vang) y Sue (Her).
La acción dramática tiene lugar en un barrio en proceso de degradación de la periferia de una gran ciudad industrial norteamericana (Detroit) en la actualidad (2008). Walt Kowalski (Eastwood), de ascendencia polaca, jubilado, montador durante 50 años de la empresa de automóviles Ford, viudo desde hace poco, solitario, amargado, malhumorado, gruñón, cascarrabias, antiguo combatiente de la Guerra de Corea (1950-53) y sin amigos. Se lleva mal con los dos hijos que tiene, no se relaciona con los vecinos y sólo habla con su perra Daisy, su propia imagen reflejada en el espejo y el barbero del lugar. Desde que enviudó sus únicas ocupaciones son las reparaciones domésticas, el cuidado del jardín, beber cerveza y mantener limpios y a punto su coche y su rifle M-1.
El film suma drama, crimen, racismo y vejez. La narración se desarrolla con sencillez y naturalidad; se mantiene alejada de la afectación; y se manifiesta con elegancia, lirismo y sensibilidad. El ritmo es ágil. El argumento es sencillo y de fácil comprensión. En él apoya una reflexión profunda, sincera, emotiva y rica en temas, interrogantes, experiencias, vivencias y recuerdos. Se expresa con sobriedad, contención y una encomiable economía de medios. Presta especial atención a los equilibrios entre las formas y el fondo, las imágenes y el contenido, la utilización de los recursos expresivos y los temas que trata. Compone unos diálogos rotundos y contundentes. A diferencia de trabajos anteriores, en éste se hace presente el humor. Se apoya en la ironía, la broma, las falsas apariencias, la osadía y cuidadas aproximaciones al terreno de lo vedado o inconveniente. No evita, cuando lo cree oportuno, la parodia y la burla. La visión que el protagonista tiene de sus hijos, nueras, nietos y nietas, es crítica, malévola y ácida, expresión de su antipatía y rechazo. Le preocupa la correcta construcción de los personajes y la descripción de su evolución, en especial la del protagonista y la de Thao. Demuestra que sabe y puede construir un personaje secundario con pocos trazos, como ocurre con la figura del barbero. La interpretación del protagonista es soberbia y son convincentes las de Thao (Vang) y Sue (Her).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hace uso de símbolos, como el Ford Gran Torino “coupé”, de 1972, que emplea como ejemplo de las tensiones y nexos entre el pasado y el presente, y la figura del crucifijo, expresión de entrega y servicio a los demás.
Trata temas de actualidad, como el choque entre culturas, la inmigración, el racismo, los problemas de incomunicación humana, la aceleración del cambio social, etc. Plantea líneas de reflexión sobre el paso del tiempo, las relaciones entre el ayer y el hoy, la relatividad de la distancia que separa lo anacrónico y lo innovador, etc. Formula un análisis melancólico y estremecedor sobre el envejecimiento y la pérdida de la juventud. Se refiere a los temas que siempre le han preocupado: dudas religiosas, familia, violencia gratuita, amistad, camaradería, fanatismo, enfermedad, guerra, generosidad, defensa de la justicia, amor, muerte, etc. Deja al descubierto sus posiciones paternalistas a la antigua, su alta estima del honor, la ambigüedad de sus concepciones morales, su benevolente tolerancia de un mundo que no entiende, etc.
Son escenas memorables la llegada de la chica golpeada y ensangrentada, el aturdimiento de Walt ante la visión de la misma, los puñetazos de desahogo de la cocina, la conversación con la imagen del espejo el día de su cumpleaños, las dos visitas al barbero, la herida con un cigarrillo encendido en la cara del muchacho, la confesión, el encerado del Gran Torino, la final y otras.
La banda sonora, de Clint Eastwood, Kyle Eastwood y Michael Stevens, ofrece una partitura dramática de tonos profundos y ritmos pausados. Añade una canción original (“Gran Torino”), que canta Jaime Cullum (no Clint Eastwood) sobre los créditos finales, un corte del Salmo XVIII (de Benito Marcello), dos canciones de Renzo Mantovani y dos cortes de música “hmong”. La fotografía, de Tom Stern, colaborador de Eastwood en sus últimos 7 films, en color (technicolor), presenta una cámara tranquila y sosegada, prácticamente invisible, exenta de grandes artificios, que se explica con naturalidad y fluidez. Crea imágenes de dibujo cuidado y composición equilibrada, acordes con la estética de sinceras convicciones clasicistas del autor.
Bibliografía
- Juan Antonio GONZÁLEZ FUENTES, “Gran Torino”, ‘Los lunes de El Imparcial’, ojosdepapel.com, abril 2009.
- Julio R. CHICO, “Gran Torino: hablando de la vida y de la muerte”, ‘La mirada de Ulises’, marzo 2009.
- José Francisco MONTERO, “Gran Torino”, ‘Miradas de cine’, nº 84, marzo 2009.
- Tonio L. ALARCÓN, “No es país para imberbes”, ‘Dirigido por’, nº 386, pág. 26-27, febrero 2009.
Trata temas de actualidad, como el choque entre culturas, la inmigración, el racismo, los problemas de incomunicación humana, la aceleración del cambio social, etc. Plantea líneas de reflexión sobre el paso del tiempo, las relaciones entre el ayer y el hoy, la relatividad de la distancia que separa lo anacrónico y lo innovador, etc. Formula un análisis melancólico y estremecedor sobre el envejecimiento y la pérdida de la juventud. Se refiere a los temas que siempre le han preocupado: dudas religiosas, familia, violencia gratuita, amistad, camaradería, fanatismo, enfermedad, guerra, generosidad, defensa de la justicia, amor, muerte, etc. Deja al descubierto sus posiciones paternalistas a la antigua, su alta estima del honor, la ambigüedad de sus concepciones morales, su benevolente tolerancia de un mundo que no entiende, etc.
Son escenas memorables la llegada de la chica golpeada y ensangrentada, el aturdimiento de Walt ante la visión de la misma, los puñetazos de desahogo de la cocina, la conversación con la imagen del espejo el día de su cumpleaños, las dos visitas al barbero, la herida con un cigarrillo encendido en la cara del muchacho, la confesión, el encerado del Gran Torino, la final y otras.
La banda sonora, de Clint Eastwood, Kyle Eastwood y Michael Stevens, ofrece una partitura dramática de tonos profundos y ritmos pausados. Añade una canción original (“Gran Torino”), que canta Jaime Cullum (no Clint Eastwood) sobre los créditos finales, un corte del Salmo XVIII (de Benito Marcello), dos canciones de Renzo Mantovani y dos cortes de música “hmong”. La fotografía, de Tom Stern, colaborador de Eastwood en sus últimos 7 films, en color (technicolor), presenta una cámara tranquila y sosegada, prácticamente invisible, exenta de grandes artificios, que se explica con naturalidad y fluidez. Crea imágenes de dibujo cuidado y composición equilibrada, acordes con la estética de sinceras convicciones clasicistas del autor.
Bibliografía
- Juan Antonio GONZÁLEZ FUENTES, “Gran Torino”, ‘Los lunes de El Imparcial’, ojosdepapel.com, abril 2009.
- Julio R. CHICO, “Gran Torino: hablando de la vida y de la muerte”, ‘La mirada de Ulises’, marzo 2009.
- José Francisco MONTERO, “Gran Torino”, ‘Miradas de cine’, nº 84, marzo 2009.
- Tonio L. ALARCÓN, “No es país para imberbes”, ‘Dirigido por’, nº 386, pág. 26-27, febrero 2009.