Primer largo de Daniel Sánchez Arévalo, autor de varios cortos celebrados y premiados. Se basa en un guión original del realizador. Se rueda en Madrid en 2005. Nominado a 6 Goya, gana 3 (director novel, actor revelación y actor reparto). Producida por la compañía Tesela, se estrena el 24-III-2006.

La acción tiene lugar en Madrid en 2005/06, a lo largo de varios meses, con un breve "flashback" de 7/8 años. Jorge (Quim Gitiérrez), de veinte y pocos años, serio, trabajador y responsable, vive solo con su padre discapacitado a causa de un derrame cerebral. Se hizo cargo de su trabajo, portero de una finca de vecinos, para poder subsistir y estudiar Empresariales, como hizo en su día el realizador.

La película desarrolla un drama de personajes urbanos, corrientes, normales y actuales, que por diversos motivos y de diferentes maneras se encuentran atrapados en circustancias que no desean y de las que no le es fácil escapar. Unos están en prisión, otros se ven obligados a asumir tareas domésticas estresantes, otros se enfrentan a unos padres inflexibles, a celos pasionales, a dificultades de encontrar empleo, etc. Viven en un mundo complejo, de presentes precarios, expectativas inciertas, experiencias frustrantes y de giros caprichosos de un destino que parece ingobernable. No les es fácil conseguir lo que desean, no saben con certeza qué es lo que quieren y temen elegir. No todas las cosas son como las ven y por ello se equivocan. Las situaciones que afrontan les inspiran dudas, inseguridades, incertidumbres, insatisfacción. La interacción entre ellos suma pasajes bien definidos y zonas oscuras o situadas fuera de relato. La interacción con el medio que les rodea está apuntada con una suma de precisión y flecos no abordados. La definición de los personajes es desigual, pero se ajusta en cada caso a las necesidades de la narración. La lucha contra el destino, la búsqueda de oportunidades, la investigación de la propia identidad, la provisionalidad de muchas cosas, forman el entorno de unos personajes que ejemplifican la vida presente, reflejan su pálpito y glosan su singularidad. El relato está salpicado de ironía y buen humor.

La música, de Pascal Gaigne ("El sol del membrillo", 1992), consta de 9 temas originales, de carácter descriptivo, con subrayados melancólicos, dramáticos, líricos, esperanzados. Se añade la canción "Imaginarte", interpretada por Lantana. La fotografía apoya y amplía el sentido de la acción y completa la narración con imágenes que evocan opresión, tensión, encuentros y desencuentros (entrevistas "vis a vis"), voyerismo (teleobjetivo), indolencia y desilusión, evasión (butacas de la azotea). Mediante secuencias breves explica el desarrollo de dos o más acciones simultáneas, yuxtapuestas o sucesivas. Es interesante el poder de atracción, el valor simbólico y la virtualidad esperada del traje azul oscuro, casi negro.