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Voto de Miquel:
8
7,2
50.101
Drama. Romance
Alemania después de la II Guerra Mundial. Michael Berg (David Kross), un chico de quince años, pierde el conocimiento mientras regresa del colegio. Hanna Schmitz (Kate Winslet), una mujer seria y reservada que le dobla la edad, lo recoge y lo lleva a su casa. Entre ambos surge un apasionado y secreto idilio que se ve interrumpido por la misteriosa desaparición de Hanna. Ocho años más tarde, siendo estudiante de Derecho, Michael vuelve a ... [+]
9 de junio de 2010
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercer largometraje del realizador británico Stephen Daldry (“Billy Elliot” y “Las horas”). El guión, de David Hare (“Las horas”, adapta la novela “Der Varleser” (“The Reader”) (1995), del escritor alemán Bernhard Schlink. Se rueda en escenarios naturales de Alemania (Berlín, Colonia, Brandemburgo, Görtliz...), Polonia (Lublin) y EEUU (NYC) y en los platós de MMC Studios (Hürt, Westfalia) y de Studio Babelsberg (Postdam), con un presupuesto de 32 M USD. Nominado a 5 Oscar, gana uno (actriz protagonista). Producido por Anthony Minghella, Sydney Pollack, Donna Gigliotti y Redmon Morris para Mirage Enterprise, The Weinstein Company y Babelsberg Film, se estrena el 10-XII-2008 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en Alemania (Neustadt, Heidelberg, Berlín...) y en EEUU (NYC), a lo largo de 37 años (de 1958 a 1995). Michael Berg (Fiennes), establecido en Berlín a raíz de la reunificación (3-X-1990) de Alemania, recuerda su historia personal desde los 15 años, cuando vivía con sus padres y hermanos en la ciudad de Neuestadt (Renania-Palatinado) y la relación amorosa que el verano de 1958 mantuvo allí con Hanna Schmitz (Winslet), hasta el presente de sus 52 años. Aficionado a la lectura, es abogado de prestigio, está divorciado, frecuenta amores circunstanciales y sin compromiso, y es reservado, de trato distante y frío. Arrastra traumas del pasado. Hanna, tortuosa y enigmática, oculta secretos de un pasado oscuro. De origen humilde, trabajó como obrera no cualificada en diversas empresas.
El film suma drama, drama psicológico, romance e historia. El relato corre a cargo de un narrador que recuerda mediante flashbacks los principales acontecimientos de su vida. El tiempo se presenta fracturado y dispuesto de modo no lineal. Los recuerdos del pasado y las vivencias del presente se intercalan y los hechos del pasado no se evocan de modo ordenado cronológicamente, aunque guardan su propio orden. La historia es creíble y convincente y los personajes, bien construidos, son verosímiles. El estilo es contenido, sobrio y realista. El ritmo, tranquilo y calmado, refleja el temperamento del narrador y permite, al mismo tiempo, que los detalles adquieran un acertado y grato relieve.
Abundan los planos que centran la atención en aspectos puntuales, sencillos y cotidianos, de los que extrae efectos inusuales y a los que trata como fuente de información relevante. Desgrana junto a los hechos preguntas e interrogantes a los que opone respuestas abiertas a la reflexión y al debate. La composición narrativa es elegante, seductora visualmente y absorbente. Destila afición a la belleza, al buen gusto, al equilibrio clasicista y a la literatura, que concibe como fuente de conocimiento, de goce estético y de relación.
La acción dramática tiene lugar en Alemania (Neustadt, Heidelberg, Berlín...) y en EEUU (NYC), a lo largo de 37 años (de 1958 a 1995). Michael Berg (Fiennes), establecido en Berlín a raíz de la reunificación (3-X-1990) de Alemania, recuerda su historia personal desde los 15 años, cuando vivía con sus padres y hermanos en la ciudad de Neuestadt (Renania-Palatinado) y la relación amorosa que el verano de 1958 mantuvo allí con Hanna Schmitz (Winslet), hasta el presente de sus 52 años. Aficionado a la lectura, es abogado de prestigio, está divorciado, frecuenta amores circunstanciales y sin compromiso, y es reservado, de trato distante y frío. Arrastra traumas del pasado. Hanna, tortuosa y enigmática, oculta secretos de un pasado oscuro. De origen humilde, trabajó como obrera no cualificada en diversas empresas.
El film suma drama, drama psicológico, romance e historia. El relato corre a cargo de un narrador que recuerda mediante flashbacks los principales acontecimientos de su vida. El tiempo se presenta fracturado y dispuesto de modo no lineal. Los recuerdos del pasado y las vivencias del presente se intercalan y los hechos del pasado no se evocan de modo ordenado cronológicamente, aunque guardan su propio orden. La historia es creíble y convincente y los personajes, bien construidos, son verosímiles. El estilo es contenido, sobrio y realista. El ritmo, tranquilo y calmado, refleja el temperamento del narrador y permite, al mismo tiempo, que los detalles adquieran un acertado y grato relieve.
Abundan los planos que centran la atención en aspectos puntuales, sencillos y cotidianos, de los que extrae efectos inusuales y a los que trata como fuente de información relevante. Desgrana junto a los hechos preguntas e interrogantes a los que opone respuestas abiertas a la reflexión y al debate. La composición narrativa es elegante, seductora visualmente y absorbente. Destila afición a la belleza, al buen gusto, al equilibrio clasicista y a la literatura, que concibe como fuente de conocimiento, de goce estético y de relación.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Cita a Twain, Dickens, Pasternack, Eliot, Horacio, Kafka, Homero y otros. Cita “La odisea”, “Emilia Galotti” (Lessing), “La señora con el perrito” (A. Chejov). Pese a la división de la historia en dos segmentos, el film luce unidad y coherencia, si bien estos valores no se advierten de modo cierto hasta el final.
Otra característica del film es el tono nostálgico, melancólico y apesadumbrado que lo envuelve de principio a fin. Responde a la manera de ser y al carácter personal del protagonista y narrador, que se explica con propósitos de verdad (habla para sí), pero no puede evitar el peso de la subjetividad, por diversas razones más afectada por la vertiente dramática de los hechos que por la tendencia natural a exaltar e idealizar los recuerdos de adolescencia y juventud. Este hecho es uno de los recursos del relato para llevar al ánimo del espectador la dimensión dolorosa y traumática del drama. La historia se convierte por esta vía en una metáfora o alegoría de las relaciones actuales del pueblo alemán con el pasado nazi, más vivo todavía de lo que se advierte comúnmente.
La referencia al ámbito intangible y en general oculto de los hechos que se narran mueve al autor a apoyarse en sugerencias, sutilezas, indicaciones y observaciones orientadas a movilizar la capacidad de percepción emocional. En coherencia con ello, los diálogos se abrevian, las expresiones verbales se reducen, el discurso selecciona las palabras justas e indispensables. Se dejan señales que invitan a comparar el desarrollo de la acción con la Odisea, de Homero, entendida como la historia azarosa de un viaje, una peregrinación o la experiencia de una vida. Se tratan temas serios e importantes, que poco o nada tienen que ver con lo intrascendente y lo efímero. Habla de justicia y legalidad, ley y moral, inocencia y culpabilidad, pena y expiación, perdón y olvido. Habla, también, del paso del tiempo, los prejuicios, el deseo, la crueldad humana, la incomunicación, el aislamiento, el amor, el desengaño, el Holocausto, etc. Las interpretaciones de Fiennes y Kross son notables y la de Winslet es magnífica.
La banda sonora, de Nico Muhly, (“El hijo del mal”, 2007), intensa, potente y sonora, genera sentimientos y emociones acordes con el carácter terrible del drama. Como música añadida, adapta las canciones “Making Time”, “Don’t Look Back” y el coro polifónico “Pueri hebraeorum” (de Palestrina), que llega al alma. La fotografía, de Chris Menges y Roger Deakins, en color (technicolor), es luminosa, mesurada y magnífica. Combina efectos de luz y color en secuencias tan señaladas como el apartamento de Hanna, dominado por reflejos terrosos, opresivos y sucios, y las del despacho de Michael en Berlín, invadido por una luz intensamente blanca que habla de inocencia.
Referencias
- Anna Maria V, “El lector”, ‘El Racó de l’Anna’, elracodelanna.blogspot.com, marzo 2009.
- Quim CASAS, “Novelas leídas”, ‘Dirigido por’, nº 386, pág. 30-31, febrero 2009.
Otra característica del film es el tono nostálgico, melancólico y apesadumbrado que lo envuelve de principio a fin. Responde a la manera de ser y al carácter personal del protagonista y narrador, que se explica con propósitos de verdad (habla para sí), pero no puede evitar el peso de la subjetividad, por diversas razones más afectada por la vertiente dramática de los hechos que por la tendencia natural a exaltar e idealizar los recuerdos de adolescencia y juventud. Este hecho es uno de los recursos del relato para llevar al ánimo del espectador la dimensión dolorosa y traumática del drama. La historia se convierte por esta vía en una metáfora o alegoría de las relaciones actuales del pueblo alemán con el pasado nazi, más vivo todavía de lo que se advierte comúnmente.
La referencia al ámbito intangible y en general oculto de los hechos que se narran mueve al autor a apoyarse en sugerencias, sutilezas, indicaciones y observaciones orientadas a movilizar la capacidad de percepción emocional. En coherencia con ello, los diálogos se abrevian, las expresiones verbales se reducen, el discurso selecciona las palabras justas e indispensables. Se dejan señales que invitan a comparar el desarrollo de la acción con la Odisea, de Homero, entendida como la historia azarosa de un viaje, una peregrinación o la experiencia de una vida. Se tratan temas serios e importantes, que poco o nada tienen que ver con lo intrascendente y lo efímero. Habla de justicia y legalidad, ley y moral, inocencia y culpabilidad, pena y expiación, perdón y olvido. Habla, también, del paso del tiempo, los prejuicios, el deseo, la crueldad humana, la incomunicación, el aislamiento, el amor, el desengaño, el Holocausto, etc. Las interpretaciones de Fiennes y Kross son notables y la de Winslet es magnífica.
La banda sonora, de Nico Muhly, (“El hijo del mal”, 2007), intensa, potente y sonora, genera sentimientos y emociones acordes con el carácter terrible del drama. Como música añadida, adapta las canciones “Making Time”, “Don’t Look Back” y el coro polifónico “Pueri hebraeorum” (de Palestrina), que llega al alma. La fotografía, de Chris Menges y Roger Deakins, en color (technicolor), es luminosa, mesurada y magnífica. Combina efectos de luz y color en secuencias tan señaladas como el apartamento de Hanna, dominado por reflejos terrosos, opresivos y sucios, y las del despacho de Michael en Berlín, invadido por una luz intensamente blanca que habla de inocencia.
Referencias
- Anna Maria V, “El lector”, ‘El Racó de l’Anna’, elracodelanna.blogspot.com, marzo 2009.
- Quim CASAS, “Novelas leídas”, ‘Dirigido por’, nº 386, pág. 30-31, febrero 2009.