Media votos
6,7
Votos
5.206
Críticas
1.665
Listas
182
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Miquel:
8
7,1
2.222
Drama
En los años treinta Celestine (Jean Moreau), una joven parisina, entra a trabajar como doncella en casa de una familia aristocrática en Normandía. Su presencia alterará la vida de los excéntricos residentes de la mansión. (FILMAFFINITY)
14 de marzo de 2009
58 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer film realizado por Luis Buñuel en Francia. El guión, de Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière (“Bella de día”, 1967), se basa en la novela “Journal d’une femme de chambre” (1900), de Octave Mirbau. Se rueda en escenarios naturales de Francia (Milly-la-forêt, Dieppe...) y en los platós de Franstudio Saint-Maurice (Val-de-Marne). Producido por Serge Silberman y Michel Zafra para Speva Films yAlliance Filmsonor, se estrena el 4-III-1964 (Francia).
La acción dramática tiene lugar en 1928, en la mansión rural de la familia Monteil en Normandía (Francia). La modesta camarera de hotel parisina, Celestine (Moreau), emigra al campo por razones que no constan. Acepta la oferta de trabajo de segunda camarera, encargada de entretener al Sr. Rabour (Ozenne) y de atender al Sr. Monteil (Piccoli). Celestine es calculadora, impredecible, cautelosa, hábil en esquivar las seducciones de los hombres, atractiva, inteligente y ambiciosa. El Sr. Monteil (Piccoli) se casó por dinero, vive sometido a la esposa y se dedica plenamente y exclusivamente a la caza y a los solitarios. Intenta seducir a las sirvientas jóvenes y, si no tiene éxito, compromete a alguna de las sirvientas mayores. La Sra. Monteil es frígida, tacaña y autoritaria. El Sr. Rabour es un anciano fetichista. Joseph (Géret) es el mayoral de la finca, el guardabosques y el cochero. De ideología fascista, es sádico y ladrón.
El film suma crimen, drama, comedia negra y crítica social. Adapta la misma novela que había inspirado el film ”The Diary of a Chambermaid” (Renoir, 1946). Buñuel da al trabajo una orientación basada en la crítica de la burguesía y la religión. Le interesa demostrar que es abrumadora la degeneración y la decadencia de la burguesía. Celestine es testigo de los vicios, perversiones, obsesiones, desequilibrios y manías de los señores de Monteil, muestra significativa de la burguesía rural francesa. Les ve practicar el voyeurismo, el fetichismo, la dominación y abusos sexuales, etc. Los colaboradores de los amos practican los mismos vicios, con añadidos tan perversos como la pedofilia y el sadismo.
La religión viene introducida por la visita del cura del pueblo a la Sra. Monteil por motivos interesados: obtener dinero para financiar la reparación del templo parroquial. El contenido de la conversación y los consejos del sacerdote sirven para mostrar cuáles son las orientaciones y consejos de un sacerdote ante cuestiones tales como las relaciones matrimoniales, el sexo, el placer, etc. El film glosa la irracionalidad y la estupidez que rigen en la casa de los Monteil mediante el desfile de una larga serie de animales dedicados al trabajo (caballos, mulos...), a la producción de carne (gallos, gallinas, ocas...) y leche (vacas...), de compañía (perros), o destinados a otros usos (abejas, mariposas...). No faltan las imágenes de insectos (hormigas) y roedores (ratones), tan gratas al realizador.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en 1928, en la mansión rural de la familia Monteil en Normandía (Francia). La modesta camarera de hotel parisina, Celestine (Moreau), emigra al campo por razones que no constan. Acepta la oferta de trabajo de segunda camarera, encargada de entretener al Sr. Rabour (Ozenne) y de atender al Sr. Monteil (Piccoli). Celestine es calculadora, impredecible, cautelosa, hábil en esquivar las seducciones de los hombres, atractiva, inteligente y ambiciosa. El Sr. Monteil (Piccoli) se casó por dinero, vive sometido a la esposa y se dedica plenamente y exclusivamente a la caza y a los solitarios. Intenta seducir a las sirvientas jóvenes y, si no tiene éxito, compromete a alguna de las sirvientas mayores. La Sra. Monteil es frígida, tacaña y autoritaria. El Sr. Rabour es un anciano fetichista. Joseph (Géret) es el mayoral de la finca, el guardabosques y el cochero. De ideología fascista, es sádico y ladrón.
El film suma crimen, drama, comedia negra y crítica social. Adapta la misma novela que había inspirado el film ”The Diary of a Chambermaid” (Renoir, 1946). Buñuel da al trabajo una orientación basada en la crítica de la burguesía y la religión. Le interesa demostrar que es abrumadora la degeneración y la decadencia de la burguesía. Celestine es testigo de los vicios, perversiones, obsesiones, desequilibrios y manías de los señores de Monteil, muestra significativa de la burguesía rural francesa. Les ve practicar el voyeurismo, el fetichismo, la dominación y abusos sexuales, etc. Los colaboradores de los amos practican los mismos vicios, con añadidos tan perversos como la pedofilia y el sadismo.
La religión viene introducida por la visita del cura del pueblo a la Sra. Monteil por motivos interesados: obtener dinero para financiar la reparación del templo parroquial. El contenido de la conversación y los consejos del sacerdote sirven para mostrar cuáles son las orientaciones y consejos de un sacerdote ante cuestiones tales como las relaciones matrimoniales, el sexo, el placer, etc. El film glosa la irracionalidad y la estupidez que rigen en la casa de los Monteil mediante el desfile de una larga serie de animales dedicados al trabajo (caballos, mulos...), a la producción de carne (gallos, gallinas, ocas...) y leche (vacas...), de compañía (perros), o destinados a otros usos (abejas, mariposas...). No faltan las imágenes de insectos (hormigas) y roedores (ratones), tan gratas al realizador.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La cinta se complace en mostrar las piernas y los tobillos sensuales de Celestine, los pies de Rabour, las patas ágiles del caballo de tiro etc. No faltan cristales rotos ni instrumentos agresivos (hachas) ni calzado (zapatos, zuecos, botas, botines) ni pies. Presta especial atención a la difusión de las ideas fascistas entre los colaboradores de la burguesía (mayoral) y de la Iglesia (sacristán). Estremecen las consideraciones que hacen sobre los “metecos” (comunistas, judíos y extranjeros), las manifestaciones que organizan contra ellos y las palizas gratuitas y mortales que les propinan. Adviértase que los manifestantes ultraderechistas vitorean al policía Chiappe, responsable de la prohibición en Francia de “La edad de oro” (1930).
Es destacable la interpretación que entrega Jeanne Moreau, oscura, opaca y ambigua. No se sabe si seduce al hombre con el que se acuesta para averiguar si es culpable del asesinato que le atribuyen las malas lenguas o si le seduce por la atracción que siente por la maldad masculina, algo similar a lo que le ocurre a Séverine en “Bella de día” (1967). El regreso de Celestine a la casa de los Monteil no se sabe si responde a la voluntad de descubrir al culpable de un asesinato e inculparle o al de casarse con él. Su matrimonio no se sabe si responde a amor, a la voluntad de ser liberada de su condición de camarera o al deseo de dominar al marido y someterlo, como hace la Sra. Monteil (Lagagne).
El film denuncia la incompetencia de los burgueses, la hipocresía y las perversiones de los mismos, las prácticas insanas que propone la religión, el maltrato y los abusos que sufren los sirvientes (los esclavos modernos), el amparo que la burguesía y la religión han puesto al servicio del arraigo y la difusión del fascismo en Europa, la fractura enorme que separa a ricos y pobres, las maniobras arribistas de ascensión social de los cómplices de la burguesía y la religión, etc.
La fotografía, de Roger Fellous, en B/N y scope, ofrece unas imágenes dotadas de una poética singular, que delata la mano inspirada de Buñuel. Añade un diligente y preciso trabajo de cámara. Hace uso de una amplia gama de grises y de negros densos y sólidos.
Es destacable la interpretación que entrega Jeanne Moreau, oscura, opaca y ambigua. No se sabe si seduce al hombre con el que se acuesta para averiguar si es culpable del asesinato que le atribuyen las malas lenguas o si le seduce por la atracción que siente por la maldad masculina, algo similar a lo que le ocurre a Séverine en “Bella de día” (1967). El regreso de Celestine a la casa de los Monteil no se sabe si responde a la voluntad de descubrir al culpable de un asesinato e inculparle o al de casarse con él. Su matrimonio no se sabe si responde a amor, a la voluntad de ser liberada de su condición de camarera o al deseo de dominar al marido y someterlo, como hace la Sra. Monteil (Lagagne).
El film denuncia la incompetencia de los burgueses, la hipocresía y las perversiones de los mismos, las prácticas insanas que propone la religión, el maltrato y los abusos que sufren los sirvientes (los esclavos modernos), el amparo que la burguesía y la religión han puesto al servicio del arraigo y la difusión del fascismo en Europa, la fractura enorme que separa a ricos y pobres, las maniobras arribistas de ascensión social de los cómplices de la burguesía y la religión, etc.
La fotografía, de Roger Fellous, en B/N y scope, ofrece unas imágenes dotadas de una poética singular, que delata la mano inspirada de Buñuel. Añade un diligente y preciso trabajo de cámara. Hace uso de una amplia gama de grises y de negros densos y sólidos.