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Voto de Miquel:
8
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Comedia
A sus cuarenta años, Lee Simon siente que no le ha sacado suficiente partido a la vida. Escribe artículos sobre viajes y entrevistas con personajes del mundo del espectáculo, pero sueña con publicar una novela o un guión cinematográfico que incrementen su prestigio. El problema es que, tras su divorcio, se mueve en un ambiente demasiado frívolo y superficial. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2012
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Largometraje nº 28 de los realizados por Woody Allen (Brooklyn, NY, 1935). El guión, de W. Allen, explora el mundo de los famosos con acidez e ironía. Se rueda a partir de finales de agosto de 1997 en escenarios reales de NY (Central Park, Restaurante Barbetta…) y en platós de Castel Film Studios (Bucarest, Rumania), con un presupuesto estimado (IMDb) de 12 millones de USD. Producido por Jean Doumanian para Sweetland Films y Magnolia Productions, se proyecta por primera vez en público el 7-IX.1998 (Festival de Venecia, Italia).
La acción dramática tiene lugar en NY durante varios meses, entre el rodaje de la última escena del film imaginario “El exterminador” y la gala de su preestreno. Lee Simon (Branagh) y su esposa Robin Simon (Davis) se separan tras 16 años de matrimonio. Las trayectorias de ambos a partir de entonces son divergentes. Lee es un novelista y guionista sin éxito, inconstante y conquistador, de unos 40 años, que trabaja como cronista de sociedad. Trata de colocar con ayuda de sus relaciones el guión que acaba de escribir de una película que se titula “Asalto al furgón blindado”. Robin, profesora de literatura, fue educada en el seno de una familia represora y de profundas convicciones católicas. Otros personajes son la vanidosa actriz Nicole Oliver (Griffith), la editora Bonnie (Janssen), la ambiciosa camarera Nola (Ryder), la modelo de alta costura (Theron), el productor de programas “basura” de TV Tony Gardella (Mantenga), el desmadrado actor de cine Brandon Darrow (DiCaprio), Gina (Bagley), la joven de escasísimas luces que escribe como Chejov (Bagley), Nina (Neuwirth), etc.
El film reúne a más de 200 actores y actrices, una larga galería de personajes famosos y a más de 5.000 figurantes. Es la obra de W. Allen que moviliza un número más elevado de personas. Destaca el número de cameos de famosos, entre los que se ven Donald Trump, Hank Azaria (marido de Helen Hunt hasta el 2000), Greg Mottola (realizador), Anthony Mason (jugador de básquet), Erica Jong (ensayista), etc.
La película explora el universo que conforman los famosos del cine, la televisión, la música, el espectáculo, la literatura, la moda, la publicidad, la edición, etc. Muestra la frivolidad y el vacío de los mismos, sus excentricidades y caprichos, la corruptibilidad por dinero, el poder de atracción que la fama tiene sobre el público y sobre los medios, la corteza de miras que sustentan, la hipocresía que practican, las deslealtades y traiciones que informan su conducta, la egolatría que les sostiene, etc. La visión que presenta el film es mordaz y ácida. De ella se extraen numerosos motivos de ridiculización y burla.
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La acción dramática tiene lugar en NY durante varios meses, entre el rodaje de la última escena del film imaginario “El exterminador” y la gala de su preestreno. Lee Simon (Branagh) y su esposa Robin Simon (Davis) se separan tras 16 años de matrimonio. Las trayectorias de ambos a partir de entonces son divergentes. Lee es un novelista y guionista sin éxito, inconstante y conquistador, de unos 40 años, que trabaja como cronista de sociedad. Trata de colocar con ayuda de sus relaciones el guión que acaba de escribir de una película que se titula “Asalto al furgón blindado”. Robin, profesora de literatura, fue educada en el seno de una familia represora y de profundas convicciones católicas. Otros personajes son la vanidosa actriz Nicole Oliver (Griffith), la editora Bonnie (Janssen), la ambiciosa camarera Nola (Ryder), la modelo de alta costura (Theron), el productor de programas “basura” de TV Tony Gardella (Mantenga), el desmadrado actor de cine Brandon Darrow (DiCaprio), Gina (Bagley), la joven de escasísimas luces que escribe como Chejov (Bagley), Nina (Neuwirth), etc.
El film reúne a más de 200 actores y actrices, una larga galería de personajes famosos y a más de 5.000 figurantes. Es la obra de W. Allen que moviliza un número más elevado de personas. Destaca el número de cameos de famosos, entre los que se ven Donald Trump, Hank Azaria (marido de Helen Hunt hasta el 2000), Greg Mottola (realizador), Anthony Mason (jugador de básquet), Erica Jong (ensayista), etc.
La película explora el universo que conforman los famosos del cine, la televisión, la música, el espectáculo, la literatura, la moda, la publicidad, la edición, etc. Muestra la frivolidad y el vacío de los mismos, sus excentricidades y caprichos, la corruptibilidad por dinero, el poder de atracción que la fama tiene sobre el público y sobre los medios, la corteza de miras que sustentan, la hipocresía que practican, las deslealtades y traiciones que informan su conducta, la egolatría que les sostiene, etc. La visión que presenta el film es mordaz y ácida. De ella se extraen numerosos motivos de ridiculización y burla.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
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(sigue sin spoilers/aguafiestas)
La narración se basa en la yuxtaposición de varios episodios singulares, enlazados por medio de la presencia de uno o más personajes comunes, como Lee, Robin u otros. La narración que desgrana la cinta es elocuente, rica en detalles, brillante en anécdotas, muy expresiva y ocurrente. El guión aporta unos diálogos magistrales que focalizan la atención en los temas objeto de observación, evitando dispersiones innecesarias.
El relato se desarrolla con la contención, el equilibrio y el realismo que caracterizan los trabajos de Allen. Pese a ello, en esta ocasión presenta varias escenas de tono subido que marcan diferencias respecto del tono general habitual, sin caer por ello en excesos exagerados. Nos referimos a la visita de Lee y Nicole a la casa donde nació esta, la cama redonda del apartamento del actor de cine y la clase de habilidades orales que Nina le da a Robin. Las tres escenas se ofrecen sazonadas de ironía y humor.
El tono general de la historia, sin dejar de ser gracioso y humorístico, es posiblemente algo más serio que el conjunto de su filmografía. Se sitúa en una posición similar a la de “Desmontando a Harry” (1997), film del que se puede considerar como una prolongación o como una réplica.
Las citas cinéfilas son más abundantes que en obras anteriores, si bien se presentan en términos menos explícitos y más sutiles. Cabe recordar las dedicadas a “El nacimiento de una nación” (Griffith, 1915), “Duelo al sol” (Vidor, 1946), “Un tranvía llamado deseo” (Kazan, 1951), “El padrino” (Coppola, 1972), “Noche en la tierra” (Jarmusch, 1991) y otras. El flamante Aston Martin, del 56, remite a la saga del agente 007. Las citas literarias se refieren a Chejov. La interpretación de Kenneth Branagh como “alter ego” de W. Allen ha sido objeto de polémicas y de valoraciones contradictorias. Es cierto que el actor británico no consigue dar a sus tics, gestos e inseguridades, el mismo sentido y las mismas vibraciones que les da W. Allen. Con todo, pensamos que por ello su trabajo no deja de ser loable y meritorio.
La banda sonora incorpora diversas grabaciones seleccionadas con criterio y acierto. Como es habitual, suma cortes de jazz, canciones de grandes autores (Cole Porter, George e Ina Gershwin…), canciones famosas (“Cumbayá”) y fragmentos de música clásica (5ª Sinfonía de Beethoven). La fotografía, de Sven Nykvist, colaborador habitual de Ingmar Bergman, en B/N, crea una visualidad de gran belleza plástica. Sobresalen los juegos de claroscuros, la distribución de sombras, una soberbia iluminación y la imaginativa definición de espacios que establece.
(sigue sin spoilers/aguafiestas)
La narración se basa en la yuxtaposición de varios episodios singulares, enlazados por medio de la presencia de uno o más personajes comunes, como Lee, Robin u otros. La narración que desgrana la cinta es elocuente, rica en detalles, brillante en anécdotas, muy expresiva y ocurrente. El guión aporta unos diálogos magistrales que focalizan la atención en los temas objeto de observación, evitando dispersiones innecesarias.
El relato se desarrolla con la contención, el equilibrio y el realismo que caracterizan los trabajos de Allen. Pese a ello, en esta ocasión presenta varias escenas de tono subido que marcan diferencias respecto del tono general habitual, sin caer por ello en excesos exagerados. Nos referimos a la visita de Lee y Nicole a la casa donde nació esta, la cama redonda del apartamento del actor de cine y la clase de habilidades orales que Nina le da a Robin. Las tres escenas se ofrecen sazonadas de ironía y humor.
El tono general de la historia, sin dejar de ser gracioso y humorístico, es posiblemente algo más serio que el conjunto de su filmografía. Se sitúa en una posición similar a la de “Desmontando a Harry” (1997), film del que se puede considerar como una prolongación o como una réplica.
Las citas cinéfilas son más abundantes que en obras anteriores, si bien se presentan en términos menos explícitos y más sutiles. Cabe recordar las dedicadas a “El nacimiento de una nación” (Griffith, 1915), “Duelo al sol” (Vidor, 1946), “Un tranvía llamado deseo” (Kazan, 1951), “El padrino” (Coppola, 1972), “Noche en la tierra” (Jarmusch, 1991) y otras. El flamante Aston Martin, del 56, remite a la saga del agente 007. Las citas literarias se refieren a Chejov. La interpretación de Kenneth Branagh como “alter ego” de W. Allen ha sido objeto de polémicas y de valoraciones contradictorias. Es cierto que el actor británico no consigue dar a sus tics, gestos e inseguridades, el mismo sentido y las mismas vibraciones que les da W. Allen. Con todo, pensamos que por ello su trabajo no deja de ser loable y meritorio.
La banda sonora incorpora diversas grabaciones seleccionadas con criterio y acierto. Como es habitual, suma cortes de jazz, canciones de grandes autores (Cole Porter, George e Ina Gershwin…), canciones famosas (“Cumbayá”) y fragmentos de música clásica (5ª Sinfonía de Beethoven). La fotografía, de Sven Nykvist, colaborador habitual de Ingmar Bergman, en B/N, crea una visualidad de gran belleza plástica. Sobresalen los juegos de claroscuros, la distribución de sombras, una soberbia iluminación y la imaginativa definición de espacios que establece.