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Voto de Miquel:
8
7,1
75.776
Intriga. Drama. Thriller. Romance
Betty Elms (Naomi Watts), una joven aspirante a actriz, llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine y se aloja en el apartamento de su tía. Allí conoce a la enigmática Rita (Laura Harring), una mujer que padece amnesia a causa de un accidente sufrido en Mulholland Drive. Las dos juntas deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2009
52 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Noveno largometraje del realizador norteamericano David Lynch (Montana, 1946). El guión es original del propio Lynch. Se rueda en escenarios naturales de California (L.A., Gardena, Downtown, Hollywood...) y en los platós de Paramount Studios (Hollywood), con un presupuesto estimado de 15 M USD. Es nominado a un Oscar (director), a la Palma de oro (Cannes) y obtiene un premio de Cannes (director). Producido por Neal Edelstein, Tony Krantz, Michael Polaire, Alain Sarde y Mary Sweeney para Les Films Alain Sarde y Asymetrical Prod., se estrena el 16-V-2001 (Festival Cannes).
La acción dramática tiene lugar en Hollywood (L.A.) en 1999-2000. Betty Elms (Watts), una joven y alegre aspirante a actriz de cine, llega a Hollywood con el propósito de abrirse camino. Procede de Deep River (Ontario) y tiene a su disposición el apartamento de tía Ruth. En él encuentra desorientada y amnésica a una joven que dice llamarse Rita (Harring), que ha sufrido un accidente de coche y se ha refugiado furtivamente en la casa. Ambas muchachas deciden investigar la identidad y la historia de Rita. La tarea las lleva a la casa de Diana Sellwyn (Watts) y Camila (Harring), novia de Adam Kesher (Theroux). Betty es rubia, alegre, simpática e ingenua. Diana se siente fracasada, frustrada y desilusionada. Es celosa y vengativa. Se droga y se prostituye. Rita es morena, sensual, misteriosa, enigmática, dominante y muy guapa. Camila es una actriz de segunda fila, compañera de piso de Diana, que está enamorada de Adam. Éste, “alter ego” de Lynch, es un tanto vanidoso, se siente triunfador, trabaja como realizador de cine y sufre una humillación tras otra.
El film suma drama, fantasía, misterio, intriga y thriller. De acuerdo con una interpretación literal del film, se podría considerar que está integrado por dos partes. La primera recogería los sueños de Betty, mezclados con recuerdos distorsionados por la fantasía y el propio sueño. La otra parte explicaría hechos reales, filtrados a través de la subjetividad alterada por sentimientos contradictorios de Diana. No se puede afirmar que las diferencias de las dos partes sean las indicadas, las contrarias u otras. No puede decirse que las dos partes estén contadas desde uno o varios puntos de vista. Tampoco es cierto que haya una parte anterior y otra posterior temporalmente. El autor omite información con el propósito de dejar abierta la interpretación de los hechos.
Del relato principal penden referencias, indicaciones y observaciones que invitan a considerar que éste expone una historia trágica de amor no correspondido; un episodio de reacciones de despecho, rencor y venganza; una ácida realidad de marginación y autodestrucción; una reflexión sobre el cine y el poder de las imágenes; etc.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en Hollywood (L.A.) en 1999-2000. Betty Elms (Watts), una joven y alegre aspirante a actriz de cine, llega a Hollywood con el propósito de abrirse camino. Procede de Deep River (Ontario) y tiene a su disposición el apartamento de tía Ruth. En él encuentra desorientada y amnésica a una joven que dice llamarse Rita (Harring), que ha sufrido un accidente de coche y se ha refugiado furtivamente en la casa. Ambas muchachas deciden investigar la identidad y la historia de Rita. La tarea las lleva a la casa de Diana Sellwyn (Watts) y Camila (Harring), novia de Adam Kesher (Theroux). Betty es rubia, alegre, simpática e ingenua. Diana se siente fracasada, frustrada y desilusionada. Es celosa y vengativa. Se droga y se prostituye. Rita es morena, sensual, misteriosa, enigmática, dominante y muy guapa. Camila es una actriz de segunda fila, compañera de piso de Diana, que está enamorada de Adam. Éste, “alter ego” de Lynch, es un tanto vanidoso, se siente triunfador, trabaja como realizador de cine y sufre una humillación tras otra.
El film suma drama, fantasía, misterio, intriga y thriller. De acuerdo con una interpretación literal del film, se podría considerar que está integrado por dos partes. La primera recogería los sueños de Betty, mezclados con recuerdos distorsionados por la fantasía y el propio sueño. La otra parte explicaría hechos reales, filtrados a través de la subjetividad alterada por sentimientos contradictorios de Diana. No se puede afirmar que las diferencias de las dos partes sean las indicadas, las contrarias u otras. No puede decirse que las dos partes estén contadas desde uno o varios puntos de vista. Tampoco es cierto que haya una parte anterior y otra posterior temporalmente. El autor omite información con el propósito de dejar abierta la interpretación de los hechos.
Del relato principal penden referencias, indicaciones y observaciones que invitan a considerar que éste expone una historia trágica de amor no correspondido; un episodio de reacciones de despecho, rencor y venganza; una ácida realidad de marginación y autodestrucción; una reflexión sobre el cine y el poder de las imágenes; etc.
(Sigue en el “spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Tal vez con mayor seguridad se pueda decir que el film es una crítica mordaz de Hollywood; una denuncia de lo que ésta hace con los que se le acercan (actores, actrices, guionistas, realizadores, compositores...); una caricatura corrosiva de los productores (de cráneos anormalmente pequeños); una descripción de la fragilidad ética de la meca del cine; etc. Posiblemente hable más de otros temas que de los indicados. En todo caso, el espectador se ve sorprendido por la rica densidad temática del film y por la distribución aparentemente caprichosa de las secuencias, encajadas con la lógica de la fantasía y los sueños.
El film trata temas de interés humano, como la igualdad de sexos, la exaltación del amor, la equiparación de las relaciones homo y heterosexuales, el temor a la muerte, el valor de la amistad, etc. Para el realizador la ambigüedad es hermosa, atractiva, convincente y estimulante. El misterio es mágico y seductor. El surrealismo y la fantasía comunican cosas que no caben en el realismo. Plantear interrogantes sin dar respuestas es una manera respetuosa y digna de tratar al espectador.
Lynch ofrece un extenso y rico repertorio de guiños cinéfilos, dedicados a realizadores (Hitchcock, Buñuel, Fellini, Wilder...), actrices (Hayworth, Day, Hedren, Novak, Bergman...) y films (“Vértigo”, “Sunset Blv.”, “Persona”, “8 y medio”...). Añade guiños dedicados a novelistas y guionistas (Raymond Chandler). Se sirve de símbolos y premoniciones. El cadáver de la chica aporta presagios de más muertes, los ancianos revelan remordimientos, el vagabundo evidencia los miedos de Diana, el Club del Silencio prefigura una sala de proyección de cine o el cine, el monstruo da fe de la ansiedad y la irracionalidad, el cubo azul podría ser una alegoría de las ilusiones y sueños perdidos, etc.
El film nace como capítulo piloto de una serie de TV. Los productores lo rechazan por el elevado coste del proyecto. Lynch, con el propósito de aprovechar el material rodado, añade varias escenas y monta el largometraje que presenta en Cannes. La primera filmación se realiza durante 6 semanas en febrero/marzo de 1999 y la de las escenas añadidas en octubre de 2000. El título toma el nombre de la carretera de L.A. donde se produce el accidente. Simpática y convincente interpretación de Naomi Watts.
La música, de Angelo Badalamenti (“Una historia verdadera”, 1999), ofrece una partitura lírica y envolvente, que subraya el sentido onírico y surrealista de las imágenes. Añade tres canciones reconocidas: “Sixteen Reasons” (Connie Stevens), “I’ve Told Every Little Star” (Hammerstein y Kern) y “Crying” (Orbison). Añade, además, tres canciones escritas e interpretadas por Lynch, como “Mountains Falling”. La fotografía, de Peter Deming (“Carretera perdida”, 1996), en color, compone planos de excelente dibujo, espléndida distribución del color y cuidada atención al detalle. Rinde homenaje al estilo pop de los 60. Construye imágenes poderosas, sensuales y deslumbrantes.
El film trata temas de interés humano, como la igualdad de sexos, la exaltación del amor, la equiparación de las relaciones homo y heterosexuales, el temor a la muerte, el valor de la amistad, etc. Para el realizador la ambigüedad es hermosa, atractiva, convincente y estimulante. El misterio es mágico y seductor. El surrealismo y la fantasía comunican cosas que no caben en el realismo. Plantear interrogantes sin dar respuestas es una manera respetuosa y digna de tratar al espectador.
Lynch ofrece un extenso y rico repertorio de guiños cinéfilos, dedicados a realizadores (Hitchcock, Buñuel, Fellini, Wilder...), actrices (Hayworth, Day, Hedren, Novak, Bergman...) y films (“Vértigo”, “Sunset Blv.”, “Persona”, “8 y medio”...). Añade guiños dedicados a novelistas y guionistas (Raymond Chandler). Se sirve de símbolos y premoniciones. El cadáver de la chica aporta presagios de más muertes, los ancianos revelan remordimientos, el vagabundo evidencia los miedos de Diana, el Club del Silencio prefigura una sala de proyección de cine o el cine, el monstruo da fe de la ansiedad y la irracionalidad, el cubo azul podría ser una alegoría de las ilusiones y sueños perdidos, etc.
El film nace como capítulo piloto de una serie de TV. Los productores lo rechazan por el elevado coste del proyecto. Lynch, con el propósito de aprovechar el material rodado, añade varias escenas y monta el largometraje que presenta en Cannes. La primera filmación se realiza durante 6 semanas en febrero/marzo de 1999 y la de las escenas añadidas en octubre de 2000. El título toma el nombre de la carretera de L.A. donde se produce el accidente. Simpática y convincente interpretación de Naomi Watts.
La música, de Angelo Badalamenti (“Una historia verdadera”, 1999), ofrece una partitura lírica y envolvente, que subraya el sentido onírico y surrealista de las imágenes. Añade tres canciones reconocidas: “Sixteen Reasons” (Connie Stevens), “I’ve Told Every Little Star” (Hammerstein y Kern) y “Crying” (Orbison). Añade, además, tres canciones escritas e interpretadas por Lynch, como “Mountains Falling”. La fotografía, de Peter Deming (“Carretera perdida”, 1996), en color, compone planos de excelente dibujo, espléndida distribución del color y cuidada atención al detalle. Rinde homenaje al estilo pop de los 60. Construye imágenes poderosas, sensuales y deslumbrantes.