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Voto de Crackdown:
6
Drama. Intriga En medio de las calles neoyorquinas dominadas por la corrupción y la violencia, surge Brennan (Nick Nolte), un policía que utiliza métodos poco ortodoxos. Después de matar a sangre fría a un ladrón de poca monta, alega que ha sido en defensa propia. De la investigación del caso se encarga Reilly (Hutton), el ayudante del fiscal del distrito. La inocencia de Brennan resulta difícil de probar, sobre todo cuando unos testigos claves ... [+]
9 de julio de 2011
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lumet vuelve a una de sus temáticas preferidas (la corrupción policial) con una historia que claramente le interesa, con tres buenos actores en los papeles principales... Y sin embargo la cosa no acaba de funcionar. Juega en su contra que las diferentes subtramas se sucedan de manera bastante deslavazada (lo que parece un trabajo de montaje chapucero) y que las limitaciones presupuestarias se notan en los escenarios y en las (escasas) localizaciones, no dejando margen para mucho más que una puesta en escena académica. También chirría la subtrama romántica, tratada con bastante poca sutilidad por el director (la escena que revela el origen de la relación entre Hutton y la hija de Lumet no aporta nada más a la película que un monólogo pasadísimo de vueltas de esta última, una actriz bastante limitada, al menos por entonces), y desde luego también las horterísimas piezas que aporta Rubén Blades y que chocan la mayor parte del tiempo con el tono del film

Ahora bien, al igual que en los momentos en que la película falla lo hace estrepitosamente, cuando se centra en el tema principal, radiografiando la corrupción enquistada en el ordenamiento y en las fuerzas de seguridad, aparece el mejor Lumet, con un tono más desencantado que el de los 70, cuando ponía a Serpico como poco menos que un héroe. Los personajes de Q&A son mediocres, débiles, bienintencionados en muchos casos, pero resignados al final a cumplir con su rol en el sistema. Ninguno se salva de la quema y a la vez ninguno carece completamente de aspectos redentores, ni siquiera el personaje de Nick Nolte. Lumet habría hecho mejor desarrollando estas ambivalencias en lugar de perderse en subtramas, algo que corregiría unos años después en la estupenda La noche cae sobre Manhattan, que recoge de aquí unos cuantos elementos.
Crackdown
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