Cada vez que se menciona el adjetivo "francesa" referido a una película, los gafapastas de plantilla de este foro y los pseudocríticos que por aquí se anuncian para ver si consiguen alguna visita a sus blogs empiezan a entonar loas a mayor gloria de la película en cuestión y de sus creadores. ¿Qué es aburrida? No importa ¿Qué técnicamente es deficiente? Da igual... ¡¡es francesa!! Es como con la gastronomía: lo de menos es que lo que te ponen en el plato sea una cagarruta incomestible bañada en mantequilla a precio estratosférico, lo importante es que... ¡¡es francesa!!

Bueno, pues con "Asterix: la residencia de los dioses" (2014) ocurre exactamente lo mismo: estamos ante una película técnicamente correcta, que reproduce con fidelidad a los personajes de los cómics de nuestra infancia, pero el resultado final es muy poco "natural", ya que los protagonistas tienen el aspecto de ser más unos muñecos de plástico animados que unos personajes de historieta. Tampoco la representación del bosque galo (lleno de vida y detalle en los cómics) queda en esta producción a la altura que se merece, y hay un permanente sabor a "bosque de plastilina" que te hace añorar las forestas de "Brave". Y a la aldea gala pues... parece sacada directamente de un parque temático. Curiosamente, apenas hay escenas de los interiores de las casas, fuera de la del "salón del trono" de Abraracúrcix, que tampoco es para echar cohetes. En fin, un nivel técnico mejorable y para comprobarlo basta con comparar cualquier página de un álbum de Asterix con el trailer o con la propia película. Esta producción está en lo técnico más cerca de "Las aventuras de Tadeo Jones" que de "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo", siendo esta última muy superior.

En cuanto a la historia... bueno. Los creadores de esta película (que se ve no andaban sobrados de presupuesto) han optado por uno de los menos espectaculares álbumes de Asterix y así no han tenido que complicarse la vida con ciudades romanas, peleas de gladiadores (salen dos y sólo un minuto), drakares vikingos o ciudades exóticas como Alejandría. Casi toda la acción transcurre en el bosque galo y en el "complejo residencial" que los romanos levantan en él. Y si bien los diálogos protagonizados por el portavoz africano de los esclavos y por el centurión romano son lo mejor, en ningún momento llegas a estar realmente interesado en lo que te cuentan en la pantalla. Es una fábula sobre el capitalismo y la especulación inmobiliaria que a los más pequeños no les va a interesar en absoluto y que a los mayores sólo nos sacará alguna sonrisa. Los críos estarán más atentos a las tortas y las peleas que a otra cosa y sus padres al reloj.

Resumiendo: una película entretenidilla, pasable, técnicamente aceptable pero muy inferior a los cómics y a las películas animadas 2D de hace una generación.