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España España · santiago de compostela
Voto de berenice:
4
Western. Musical. Comedia Un granjero de Michigan y un buscador de oro se asocian en plena fiebre de este metal en California. Sus aventuras incluirán el comprar y compartir una esposa, apoderarse de un teatro, secuestrar a seis prostitutas y convertir su campamento minero en una auténtica ciudad. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2012
9 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Anodino tostón de dirección negada y roma, (Joshua Logan estropeando, una por una, todas las escenas que tenían posibilidades). Cuando Lee Marvin sale a cantar, por las calles llenas de barro, la canción de la estrella errante, resulta que lo vemos por primera vez, aunque llevemos seis o siete horas de película. No sabíamos nada de él tal y como nos lo habían mostrado, pero ¡oh, sorpresa! resulta que es un tipo amargo, cínico y con entrañas. Además, en esta famosa escena, no se fijen en Marvin, sino en la gente que va y viene de fondo por el barro: jamás unos extras estuvieron tan teatralmente colocados, en el peor sentido de la palabra. Si no fuera por Marvin, no obstante, esto estaría más olvidado aún de lo que está. Ni siquiera Eastwood funciona, Seberg es absolutamente inexpresiva y el trío acaba por no importarme un pimiento, y la supuesta modernidad transgresora del trío, de tan evidente y voluntariosamente transgresora, produce ligera indiferencia, y más en estos tiempos. La música de Loewe no está mal, y hay canciones vistosas, pero llega de nuevo Logan para hacer los números musicales más sosos de todos los musicales que recuerdo, (los resuelve, básicamente, troceando escenas por planos al estilo videoclip, y metiendo mucha gente como en las ferias, como diciendo"cuanto más ruido, más divertido"). Especialmente patético, y sintomático de la inutilidad de Logan como director de grandes escenas corales, es la llegada al pueblo de las prostitutas, una serie de fotos fijas sin alma conductora, con un montador que seguro que se pasó un par de noches sin dormir. Un ejemplo sublime de para qué sirve el director en un film donde interviene muchísima gente, tanto delante como detrás de la cámara. Es, sencillamente, mala.
berenice
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