Haz click aquí para copiar la URL
Voto de José (FullPush):
8
Aventuras. Drama Harvey Cheyne (Freddie Bartholomew) es un caprichoso y malcriado niño rico que está haciendo un crucero con su padre. Inesperadamente, cae por la borda del yate y es rescatado por un barco de pesca al mando de un intrépido capitán (Lionel Barrymore). El pesquero tiene que acabar la larga campaña de pesca antes de llevar al chico a tierra firme. Harvey, al principio a regañadientes, conseguirá adaptarse a la dura vida en alta mar gracias ... [+]
21 de abril de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
O la vida, sin más...

Veamos, voy a comenzar por lo malo y así me lo quito de encima rápido: toda la parte final sobra. Siendo completamente predecible dadas las intenciones de la propuesta, aun con eso se antoja forzada, en busca del lagrimeo último que ponga la guinda a un visionado, por lo demás, maravilloso. Quiero decir que no hacía falta acabar de esa manera, pero vamos, que si tu pensamiento primero, querido director, era ése, digamos que podrías haberlo filmado con algo más de maña para que no choque tanto: ahora un tono, ahora otro completamente distinto y tratado con prisas, pues claro, la cinta debía acabar de un momento a otro (aunque personalmente pienso que con los hechos arrojados en su conclusión se podría haber filmado incluso otra película, tal es la complejidad). En resumen, exceso de melaza y demasiadas pretensiones didácticas, que, como digo, requerían bastantes minutos más para su tratamiento.

Ahora bien, y ya pueden apartar sus dedos del No, incrédulos míos -que a la mínima os ponéis a la defensiva-, Capitanes intrépidos tiene vida propia, cosa al alcance de muy pocas obras, lo que la convierte en un referente atemporal para el que no pasan los años ni las generaciones, pues sus lecciones vitales son de una profundidad e importancia humanas imperecederas, como dicen por ahí, de obligada visión en las escuelas. Y es que resulta raro, la verdad, encontrar cintas que reafirmen dicha aseveración; cintas que procuren no sólo un excelente modo de evasión, sino que desarrollen un fresco y un tributo al mismo tiempo a las buenas costumbres y a lo que de verdad importa en la vida, me refiero.

Así, Capitanes intrépidos es todo eso y mucho más, pues cuenta además con el privilegio de la actuación sin actuación, por parte de dos colosos como son el chico -en este caso, nada repelente, ¡aleluya!- y el adorable Manuel, respaldados por una tripulación igual de carismática y cuyo perfil humano no se traza por encima, a trazo grueso, sino que el guión se para aquí y allá, repartiendo líneas de calidad tanto a unos como a otros. Y se agradece.

Por último, igualmente de agradecer, contamos con una fotografía excepcional, un genial trabajo de cámara, dadas las dificultades del rodaje, una banda sonora muy acorde y la certeza al acabar de haber visto Cine en su hábitat natural, el de las emociones y los tesoros escondidos en lugares de lo más insospechados, resistiendo olas y tormentas. Nutriendo, en fin, pasadas, presentes y futuras generaciones y afianzando sus pasos en el inclemente mar de la existencia.

Sube, pescadito, no hay mejor barco que éste...
José (FullPush)
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow