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Voto de José (FullPush):
5
Drama TJ (Devin Brochu), un niño 13 años, y su padre, destrozados por la trágica pérdida de su madre y esposa, se van a vivir con la abuela. Un día, de camino a la escuela, TJ conoce a Hesher (Joseph Gordon-Levitt), un veinteañero con muchos problemas, que se convierte en el mentor y torturador de TJ impulsándolo a meterse en toda clase de líos. En una ocasión, Nicole (Natalie Portman), una joven dependienta de una tienda de ultramarinos, ... [+]
5 de noviembre de 2011
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los cajeros no tienen límite a la hora de sacar efectivo, uno puede instalarse sin problemas con cualquier desconocido y vivir del cuento, los coches convertidos en chatarra pesan lo que un montón de estiércol, los cacos lo tienen chupado si les da por el allanamiento de morada (fíjense en el hueco para "animales" de las puertas), etc etc. Total, que la cinta esta me ha parecido, muy sinceramente, una soberana mierda de poco naturales intenciones. Y es que aquí la pretensión alcanza unos niveles casi enfermizos, coño, ni que se estuviera adaptando a Shakespeare y el material, de tan inflamable -por aquello de los clásicos-, debiera ser tratado con suma reverencia. Que no, que no, Spencer Susser, seas quien cojones seas, que añadir unas barbas a los protas no los hace más dramáticos, que por insertar un par de cámaras lentas no vas a emocionarme más, que por mentarme madres muertas y traumas derivados de esto mismo no te garantizo mi empatía, que por mucho que la peña guste de gritarse y lanzarse a por la lágrima eso no los hace más desesperados (más bien molestos y con un tufillo a impostado que te cagas). Aquí falta talento por tos lados y bastante más naturalidad en el tratamiento de la trama, tirando a esperpéntica sin que la peña diga nada. Oh, claro, que hablamos de cine independiente (parezco un puto disco rayado) y no veas cómo mola. Que lo mismo te meten un flashback de los de dar vergüenza ajena, por obvio y relamido, con su luz más clara, sus sonrisas radiantes, su canción tarareada en familia, sus miradas cómplices y sus caritas afeitadas y nada, que nadie dice nada. Que al parecer soy el único que empezó a sufrir espasmos.

¿El 5? Pues mira, resulta que soy un buenazo y, además, la escena del entierro y su aparición estrella, esta vez sí, mola cojón y medio (guiño guiño). Eso y que el tal Hesher, a pesar de lo grotesco y lo increíble (Levitt no termina de cuajar), acaba resultando bastante simpático. Por él vale la pena.

El resto es morralla sensiblera camuflada con cuatro cancioncitas ambientales y una cámara de las de "retratar, por el bien de nuestra especie, cuanto de real hay en la propia realidad de cada día". Algo así como ser registrador de lo banal y lo punzante de nosotros mismos para así aprender de los errores y crecer como personas... ¿Será eso posible con tontadas como ésta? Visto lo visto, yo ya me lo creo todo.
José (FullPush)
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