Me van a perdonar, pero esta película, a día de hoy, me parece intragable. No digo con ello que sea mala cinta o que esté mal llevada o dirigida o lo que sea, todo eso me da igual, lo que digo es que no hay manera de empatizar con nada, de lo alienígena que me resulta todo. Vale que en los años 20 la gente pensara y actuara de manera diferente y haya que contextualizar, vale, pero es que ya en los 60, cuando se estrenó 'Esplendor en la hierba', la cosa empezaba a oler. Fuera en América, donde siempre han sido muy tradicionales y modosos (de fachada) o en el África subtropical. Que yo acepto, porque lo estaba haciendo, que haya madres sobreprotectoras y de ideas arcaicas (las de sus propias madres); que yo acepto, porque lo estaba haciendo, que haya padres sobreprotectores que sólo piensan en secuencias de ceros; que yo acepto que haya hombretones liderando equipos de rugby con su sonrisa esplendorosa a los que les pique el paquetillo; que yo acepto que haya chicas a las que les cueste entregar su cuerpo al primero que lo pida; que yo acepto que haya otras que acaben hasta el coño y se rebelen contra todo; que yo........................ hasta aquí me cansé de lugares comunes y trabas argumentales por la cara. Suficiente, ¿no?

Pues no, nos tienen que meter, con cucharón sopero, aún más dramatismo de salón y efectismo actoral y de guión, ambos forzados al límite y finalmente fallidos, por acumulación. Y es que mi paciencia tiene un límite. Y lo que estaba siendo un curioso (tampoco muy allá) drama adolescente acaba desbordándose y descarrilando hasta el choque inevitable, pues no hay, en mi opinión, escenas ni acontecimientos lo suficientemente veraces y sentidos como para apelar al sentimiento, que parece autoimponerse sin remedio a base de suspiros y chorradas varias. Lo de Natalie Wood es aberrante. Demasiado fácil lo veo todo, en resumen.

Y si, por el contrario, aquí la historia de amor es lo de menos y, como argumenta Neathara, la cosa va de perder la juventud, aún mejor me lo ponen porque yo, aunque aparente algo totalmente diferente, prefiero el vitalismo (tengo mis contradicciones). De ahí que la conclusión, de tan DESANGELADA y pretendidamente lírica me haya terminado de enfadar. No cuela, repollo, el recuerdo, como todos sabemos, es una patraña sin utilidad ninguna... el esplendor ni lo menciono. O quizá sea aún demasiado joven para estar seguro de nada. Para saber siquiera lo que quiero. De momento, en cualquier caso, no quiero recordar esta película.

En una palabra: olvidable.