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Voto de José (FullPush):
8
Drama Con sólo catorce años, Antoine Doinel se ve obligado no sólo a ser testigo de los problemas conyugales de sus padres, sino también a soportar las exigencias de un severo profesor. Un día, asustado porque no ha cumplido un castigo impuesto por el maestro, decide hacer novillos con su amigo René. Inesperadamente, ve a su madre en compañía de otro hombre; la culpa y el miedo lo arrastran a una serie de mentiras que poco a poco van calando ... [+]
6 de octubre de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siguiendo con este subgénero en que llegó a convertirse no hará mucho la adolescencia y los problemas, preocupaciones y dilemas que ésta acarrea, tengo entendido que Truffaut, con 'Los 400 golpes', vino a ser algo así como el instigador del movimiento (diría que me corrigieran si me equivoco, pero va a dar igual, la crítica estará hecha y lo que quiera decir dispuesto). Así, fiel a su vez a la corriente conocida como 'Nouvelle Vague' la cinta del director posee una expresividad muy fácil de apreciar, pues es la imagen, más que el diálogo o los acontecimientos, la que se encarga de ir anticipando cada paso hacia adelante, casi podríamos decir que paso en falso por parte de nuestro locuelo adolescente sin arraigo. Basta con fijarse, para entender esto que digo, en las escenas clave, todas de gran belleza e interpretables sin esfuerzo, léase atracción giratoria, lágrima furtiva, confesión despreocupada, o el propio final, congelado y ciertamente helador, si nos ponemos finos.

De este modo, la cinta, como ejercicio de estilo, ya merece un visionado (nada raro viniendo de quien y donde viene), lo que no quiere decir que al margen de eso carezca de interés. Si bien sus proclamas nos las conocemos todos, nunca está de más el recordar que al igual que hay criajos cuyo único diagnóstico es no haber recibido hostias suficientes por parte de quien correspondiera en su momento, también los hay que la vida se les puso cuesta arriba desde jóvenes, haciendo del presente un eclipse permanente desde el que aspirar a colorear cualquier futuro es sencillamente un imposible. De ahí los golpes, a ciegas, contra el mundo y los que te rodean; nunca es bienvenido ni agradable el vivir entre tinieblas. Mucho menos si los años, además de ser escasos, apenas sabes cómo hay que contarlos, sin ayuda de las manos.

El cliché es el mundo, que no cambia. Huele siempre.
Pesimismo o realismo, no es más que una medida de defensa.
José (FullPush)
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