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Voto de José (FullPush):
7
Drama Desde finales del siglo XIX, se producen emigraciones masivas a los Estados Unidos. A bordo de lujosos trasatlánticos, además de elegantes burgueses, viajan también emigrantes. Danny, el maquinista del Virginia, encuentra a un niño abandonado sobre un piano, lo adopta y le impone el nombre de Novecento ("siglo XX" en italiano). El barco es el hogar del niño, y los pasajeros, sus ventanas al mundo. Tras la muerte de Danny, alguien ... [+]
13 de febrero de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Da miedo, mucho, saberse tan pequeño que hasta un soplo de aire podría destrozarte en mil pedazos. Da vértigo, muchísimo, mirar al mar, desde las alturas o desde tierra firme incluso, y sentirte todo un extraño de ti mismo, de tu cuerpo con fecha de caducidad, de tu conocimiento ínfimo del universo, de tu incapacidad para dar con la medida justa de las cosas. Vivir es muy jodido, nadie dijo lo contrario. Y vivir con miedo, lo tenemos grabado a fuego desde aquel monólogo bajo la lluvia de Blade Runner, debe de ser tremendamente acongojante. Acojonante, si nos olvidamos de finuras, que pocos de nosotros somos músicos de talento innato y los oídos se nos están cayendo ya a base de oír gilipolleces. El caso: que dar según qué pasos en la vida cuesta, duele en cada nervio hasta el inefable movimiento, que podrá o no ser cadencioso, pero hay que darlo. Pues tú imagínate que yo te digo:

1-Qué bonitos son los leones, ¿no te parece? Hazme una foto con ellos. (y tú la haces)
2-Qué bonitos son los leones, ¿no te parece? Metamos la cabeza entre sus fauces.
(y tú te ríes, tomándome por loco, por no hostiarme)

Pues ahí está la cosa, en que la vida, en efecto, tiene sus maravillas, sus sueños en botella, sus ilusiones de mil colores y tonalidades... pero también oscuridades. Dile a alguien cuyo mundo gira en torno a un punto estático con pretensión de movimiento -suficiente- que coja las maletas y eche a andar sin detenerse, fingiendo saber adónde va, fingiendo conocerse por completo, cuando todo lo que ha visto desde su "realismo mágico" (en efecto, Randolph) lo ha tenido controlado. Ahora un rayo de sol que va a posarse en esa melena rojiza para deslumbrarme por otros cinco años, es lo que necesito, es lo que espero aquí sentado, me inspira, me vale. Qué hermoso es vivir, me va cantando el aire.

Habrá quien vea cobardía en esta leyenda o historia que merece ser contada, entre susurros, acariciando como teclas de piano las palabras. Tendrá razón: somos cobardes. Y la vida, como dije, inmensa. Algo así como todos los océanos del mundo, cayéndote encima desde las alturas cuando la pecera en que te encierras apenas si tiene espacio para ti.

Para tu yo-promesa.

Si te pones nervioso cuando te fumas el último cigarro, o cuando llegas arrastrando los pies 30 minutos tarde a aquella reunión tan importante, ¿cómo no sentir un miedo inmenso al contemplar ante tus ojos la vastedad de lo infinito? ¿Cómo permanecer impasible ante el agujero negro que se cierne ante tus ojos? Si nos dieran a elegir, la mayoría escogeríamos la vista desde nuestro acuario. La foto sonriente frente a los leones. Y quien diga lo contrario, miente. Sé que suena fuerte, pero a mí también se me están cayendo los oídos.

PD. Técnicamente, la peli es intachable.
José (FullPush)
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