Una cinta decididamente alemana, lenta, densa y pretendidamente profunda. La película cansa, es gris como lo es casi todo el vestuario de los actores, es pesada, tranquila en su acción, recreándose en detalles y escenas que poco aportan a la trama sino que nos distancian aún más del largometraje, el cual, se centra en un pequeño retazo de la compleja y rica vida de la filósofa, es decir, los días en que publicó un artículo sobre el juicio a un alto funcionario nazi y el mundo se fijó en unos pocos párrafos donde creyó ver que Hanna criticaba, no al nazi, sino a los dirigentes judíos en el resultado del holocausto.
El film se centra en las repercusiones de ese artículo y poco más, algo de su vida personal, y todo ello en casi dos horas de metraje. Me parece excesivo. Además, casi me ahogo de la cantidad de tabaco que fuman entre todos.
Si, la película muestra la ceguera de buena parte del mundo para entender opiniones distintas del camino común, la estupidez de no ir más allá de un razonamiento ya manido, el error muy actual de centrarse tan solo en la parte de un enorme y sesudo artículo que se saca de contexto y obviar el resto (en el periodismo de hoy en día es lo normal casi) y también habla la película de lo leve y efímero de ciertas amistades...
Quizá lo único que me gustado es la charla que mantiene con sus alumnos en la universidad en la que defiende su postura mantenida con una gran disertación sobre la banalidad del mal (que sería uno de sus más importantes hallazgos filosóficos).
Por lo demás, cinta aburrida, extremadamente larga para no contar nada más que un momento de la vida de la filósofa y sin excesivo interés. Las hay mejores.