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Voto de Hernán Valladares Álvarez:
8
Thriller Un veterano experto en lobos, Russell Core, viaja hasta un remoto pueblo de Alaska para ayudar a la joven madre Medora Slone a dar caza a los lobos que se llevaron a su hijo pequeño. El marido de Medora, Vernon, se encuentra combatiendo en la guerra de Iraq, y ella quiere que cuando regrese pueda, al menos, enseñarle el cadaver del lobo que les arrebató a su hijo. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No creo que vaya a ser una película famosa ni que vaya a recibir críticas generalizadamente altas, ni por parte de la crítica ni por parte del público; sin embargo es probable que coseche una buena gavilla de adoradores fetichistas. Porque la película mantiene desde el primer momento hasta el último un mismo ritmo desasosegante. Se zafa del tedio rítmico y lo que suscita es el interés, la intriga de una belleza y una acción mórbidas. Personajes que hablan lo justo en una atmósfera de misantropía contenida, de gelidez emocional a la que acompaña, como es obvio, el clima de la salvaje Alaska, la nieve, el frío. Así que, siguiendo una tradición literaria que pervive desde tiempos de la Grecia clásica, los elementos de la naturaleza se mimetizan con el espíritu de sus pobladores, o viceversa más bien. Un escritor y experto en comportamiento lobuno llega al sórdido poblado alaskeño y su papel protagonista está lejos de la fantasmagoría de los héroes hollywoodienses, sin alardes, con humildad y una intervención llena de comedimiento. Lo mismo que el sheriff de la policía local.
Y lo mejor de la película es el reflejo de una belleza hostil, la inquietud y zozobra mantenidas, una extraña atracción que consigue atraparnos en la consecución de los hechos, por mucho que sepamos que no va a haber grandes hazañas, sorpresas, sustos chorras ni acciones vertiginosas. Ni siquiera nos queda claro el sentido de la historia, las razones que subyacen tras el movimiento de las fuerzas malignas que se tratan de conjurar. Importante: como siempre, cuando una película tiene como base del guión una novela, aun cuando ésta sea medio mala —y no digo que se trate del caso, porque no la he leído—, se nota, le da cierta consistencia y enriquece la narración y el perfil de los personajes; aquí, se trata de la obra homónima, en inglés, de William Giraldi.
Seguro que resultará poderosamente atractiva esta película para aquellos a quienes les hayan gustado obras como Déjame entrar (2008, con prescindible versión norteamericana de 2010), esa extraña cinta sueca de vampiros. Hold the Dark (Noche de lobos), a pesar del título que le han colocado en español, no tiene nada que ver con leyendas licántropas, o, si acaso, de manera muy refinada y sutil; pero sí tiene que ver con la vieja visión supersticiosa del cánido salvaje como animal que despierta terrores primordiales del alma humana. Al contemplar esta historia, uno también establece concomitancias y se acuerda del embriagador gusto que deja la aterradora canción de cuna rusa «Tili-tili bom». No es terror, ni suspense, es otra cosa tal vez sin género establecido, desasosiego que imanta.
Hernán Valladares Álvarez
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