A veces uno se topa con películas con temas, plots o premisas dramáticas tan originales que es fácil caer en la trampa de creer que estamos frente a obras maestras, o por lo menos, ante propuestas que se salen de lo común.

“Get out” llamada en español “Déjame salir” aunque no es precisamente una película muy original, sí se esfuerza por ser atrevida en el trasfondo de su propuesta y su crítica: ser un ataque frontal al racismo disfrazado de nuestra sociedad. El problema es que los riesgos que toma al construir este argumento es su escasa “verosimilitud” un componente dramático imprescindible para contar una historia con coherencia. Para explicarlo en breves palabras “verosimilitud” es la capacidad de un universo, un mundo, o una situación específica de armarse creíblemente para que como se dice vulgarmente “nos comamos el cuento”. En el spoiler entro a explicar los detalles para no dañar las sorpresas, aunque si somos un poco conocedores de los resortes dramáticos de los thrillers, “las sorpresas” se ven venir, casi todas, mucho antes de que sucedan.