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Voto de RAMON ROCEL:
8
Drama Kanji Watanabe es un viejo funcionario público que arrastra una vida monótona y gris, sin hacer prácticamente nada. Sin embargo, no es consciente del vacío de su existencia hasta que un día le diagnostican un cáncer incurable. Con la certeza de que el fin de sus días se acerca, surge en él la necesidad de buscarle un sentido a la vida. (FILMAFFINITY)
30 de septiembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kurosawa nos regala esta pesimista historia de un viejo autómata y desahuciado.
El blanco y negro le da aún un tono más deprimente. Akira nos manda directo al miedo de terminar nuestros días, viejos enfermos y dados al traste. Como que al japonés le gusta mover las emociones del público. Y muy en el fondo nos pasa el mensaje de que ningún ser humano tiene derecho a dejarse morir aunque la muerte sea eminente. Es contradictorio saber que en muchos casos la cultura japonesa promueve la muerte con honor. Pero el único honor que vemos en “Ikiru” es un legado que se deje en el paso por este planeta. Una misión que aminore la crisis de la muerte existencial. Si comprendiéramos las palabras de los grandes maestros iniciados que han pasado por este mundo, estaríamos más preparados para recibir el evento de la muerte, y por consecuencia no habría enfermedades terminales y nos daríamos cuenta de que no hay milagros. De que ajustaríamos nuestras chacras de tal manera que el magnetismo estabilizaría nuestras vibraciones en este mundo material. Y recibiríamos con tranquilidad a la muerte en un proceso natural de sumo equilibrio en el universo. Y entonces gustosos descubriríamos que la muerte no separa. Y tal vez nunca veríamos películas como las de “Akira Ikiru”
RAMON ROCEL
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