En primer lugar quiero decir que sólo realizo esta crítica para que nadie vuelva a cometer el mismo error que yo: ver esta película.

La primera parte de Mortadelo y Filemón ya fue bastante deprimente, pero esta segunda roza la demencia. Es una auténtica tortura soportar la película. Es como si la hubiera hecho un loco, un tarado mental que hubiera expuesto ideas espontáneas y absurdas que le venían a la cabeza y las hubiera mezclado unas con otras de una manera descontrolada y enfermiza. Los personajes se comportan de un modo, por qué no decirlo claro, subnormal. Sí, es como si fueran retrasados mentales que quieren salvar al mundo de algo tan absurdo que no merece ni mencionarlo. Pero, sobre todo, Mortadelo, tiene la personalidad de un perturbado, trastornado y retrasado, todo en uno, que se aleja bastante de su comportamiento en la primera película que, aunque ya era bastante ridículo y enfermizo, no llegaba a estos límites de psicópata. Y, para colmo, la película no es ni divertida, ya que el espectador lucha consigo mismo en un mar de nerviosismo causado por la estupidez del film para no lanzar el mando del DVD contra el televisor.

En fin, sólo quiero advertir a quien haya tenido la enorme fortuna de no haber visto aún este auténtico bodrio que no lo haga jamás. Nunca. Que retenga esos bellos recuerdos de su infancia en los que Mortadelo y Filemón sólo estaban sobre el papel.