Del 2010 al 2015 se hicieron varias comedias gay románticas de bajo presupuesto.
A su manera ayudaron a sacar al cine gay de ese lugar solemne y depresivo, que tenía, también alno ser sobre tipos que salen del closet, sino que la mayoría eran sobre hombres que vivían su sexualidad sin conflicto. Visualizaron algo que el cine no había retratado hasta entonces.
Lo peor: si bien adapta bastante bien los elementos de la comedia romántica a los gays, hacía el final apuesta demasiado a las fórmulas, por lo que resulta muy cursi y en gran medida irrealista, cuando la mayoría de la historia lograba combinar bien la parte idealizada con el realismo.
Las interpretaciones son mediocres, se nota que Calciano eligió al elenco por su atractivo y no por otra cosa.
Hay momentos mal editados donde los actores se quedan como tildados esperando indicaciones.
Lo mejor: hay muchas situaciones reconocible para la mayoría de los homosexuales. A pesar de que los protagonistas son versiones exageradas de estereotipos, todos conocemos a un Myles: intenso, flashero, romántico empedernido, obsesivo. Y a un Brody: promiscuo, irreverente, gracioso.
Tiene algunos buenos chistes.