La primera película de Lang en Hollywood es una rareza, que mezcla el melodrama de venganza, junto con el policial y judicial, es una película que está constantemente entre el género más comercial, con su pareja de protagonistas que se aman y tiene que pasar sus peripecias, y todo el trasfondo de un tema tan profundo, sórdido y tabú en la sociedad norteamericana de la época como era el de las turbas.
La historia probablemente por presiones del estudio no habrá podido dar todo lo que podía de sí por respetar las convenciones narrativas de su tiempo, pero dentro de lo que puede mostrar está muy bien todo lo que tiene que ver en como algo que nace con u simple chisme se va expandiendo y malinterpretando a medida que pasa por diferentes voces que le agregan elementos de su propia cosecha, hasta que toda la comunidad termina convertida en una muchedumbre histérica y enardecida.
Lo peor: ciertos giros arbitrarios que mete en la segunda parte. La resolución tampoco es nada sutil.
Lo mejor: meter un tema sensible, tratarlo con altura (en la primera parte) hacer una denuncia social y mostrar como se mezclan elementos para que un hecho así se de, pasando desde los chismosos, los charlatanes manipuladores, hasta los asesores de políticos que prefieren hacer lo que conviene según las encuestas antes que lo correcto.
Todos los elementos novedosos para ser mediados de los 30s que utiliza, el archivo fílmico como prueba.
La transformación de Joe, que pasa de ser un hombre alegre, dicharachero, a un resentido, amargado, vengativo.