Secuela, de la ya innecesaria película basada en la serie.
Si bien la serie siemrpe estuvo sobre valorada, pero las películas son mucho peores, simplemente se centran en lo más vacuo y superficial de la vida de estas 4 mujeres.
Además de ser una película larguísima donde se nota que la historia, si es que lo que se conto en este bodrio puede llamarse historia, se podría haber resumido en uno de los capítulos de 25 minutos.
Primero gastando 20 minutos en una boda gay de personajes secundarios, claro que al igual que representan a las mujeres como unas idiotas consumistas, a los gays no los dejan m,ejor parados, la boda es la cosa más estereotipada, cursi, y en cierta forma homófoba que he visto, y lo peor que la película está escrita y dirigida por un gay.
Después todo gira en torno a Carrie, el resto de los personajes apenas si tienen vidas, o si se les dedica tiempo a sus problemas.
Lo peor es que acá como en la película anterior, Carrie se ahoga en un vaso de agua, no tiene ningún problema, vive una vida lujosa, hace lo que se le da la gana, pero sucede lo peor, su marido se empieza a fastidiar de salir a comer afuera todos los días, que gran pecado por parte de él, esto genera una pelea absolutamente innecesaria, es que el conflicto es tan risible, que llega a ser chocante.
Toda la película es chocante, ya que todo los lujos y excesos patéticops que tiene las protagfonistas, gastandose fortunas en vestidos, zapatos y cocteles, y como esta vez en Estados Unidos todavía se vivían las consecuencias de la crisis del 2008, decidieron irtse a Abu Dabhi, a mostrar el decadente lujo oriental, una supuesta aventura de lo más predecible y prescindible.
Y al final, como si de un cuento de hadas se tratara, todo se soluciona en el último minuto, y vuelve a vivir felices y comer perdicez.
Lo que me gustaría tratar de analizar es por qué esta porquería tuvo tanto éxito.
¿La mujer actual quiere ser una especie de María Antonieta 2.0?
Donhde todo es el consumo, y las fiestas exclusivas, y los hombres compran el perdón de sus esposas con joyas.
Es patético que muchas mujeres y también muchos homosexuales sueñen con esa vida, qué ese sea su ideal, y maxima aspiración, me resulta deprimente.