Me sorprende lo lúgubre y deprimente que es. Realmente el cine mexicano de la época de oro es mucho más amplio e interesante de lo que uno pudiera creer.
Pobre Mara, rodeada de traumados, por un lado se enamora de Julio, un tipo depresivo, egoísta, inseguro, y por otro se casa con Arturo, un obsesivo, retorcido, posesivo. Mara siempre se siente sola, lejana, apabullada, y tiene que esforzarse para no someterse a los caprichos de Julio o las imposiciones de Arturo. Los dos en la realidad deberían estar en un psiquiátrico porque están más locos que una cabra y tratan de enloquecerla a ella.
Película mucho más oscura y angustiante de lo que se puede pensar, tiene algo gótico.
Irasema Dilián está perfecta, esa mujer llegada del mar, extraña, sensible, que nunca logra estar cómoda en ningún lado.