De las películas que he visto de Berger esta es la más atípica de todas dentro de su universo, creo que solo se la puede comparar y apenas con Ausente, por la edad del protagonista y por el tono oscuro del relato, aunque la historia pase por otro lado completamente diferente, comparten ese coqueteo con el thriller.
Interesante como sin cambiar su universo de tipos hermosos, intenta abrirse un poco, contar una historia con los elementos que da uno de los géneros más populares y lo hace bastante bien, sobre todo en cuanto a la atmósfera, el dar a entender que algo oscuro y perturbador está pasando, pero que ni Ezequiel, ni el espectador saben qué puede ser. Eso está muy logrado, solo tenemos una ventaja sobre el protagonista, sabemos que Mono esconde algo, pero no qué. Una vez que se conoce ese secreto la historia cambia, pero lo hace de forma orgánica, aunque hacia el final le den un cierre flojo y bastante estúpido, pero a pesar de eso la película es un acierto.
Otro elemento positivo es la descripción de Juan, creo que así se llama el personaje del muchacho que recién está entrando en la adolescencia, tiene 13 o por ahí, ni siquiera pelos en la axila. Empieza a descubrir su sexualidad, la sutileza y dulzura con la que lo narra Berger, está muy lograda, también el muchacho que lo interpreta Patricio Rodríguez, es el mejor actor de todos los que aparecen.
Quizás junto con su conclusión, lo menos rescatable de la película sean sus diálogos y algunas situaciones típicas del cine del director, su visión de la homosexualidad y las relaciones familiares es antiguo. Los personajes tienen un comportamiento que representa una realidad de hace 15 o 20 años, hoy en día a la clase media o media alta de Capital Federal (obvio con excepciones, pero en general) no le resulta ningún tabú tener un hijo gay.
Otra cosa que no se entiende mucho es por qué Ezequiel busca tipos a su alrededor en vez de usar las redes sociales o sobre todo las apps de citas para ligar. Tampoco que los personajes se anden dando direcciones cuando hoy en día está Google Maps. Lo único "moderno" a nivel tecnológico que tiene es que se comunican por WhatsApp, aunque casi hubiera sido más coherente con su narrativa deberían haberlo hecho por mensaje de texto para recalcar lo anacrónico y analógico.
Yo sostengo que para que el cine de Berger termine de despegar y que los diálogos y personajes estén a la altura de los ambientes que logra, debería trabajar con colaboradores que le ayuden a pulir sus falencias narrativas.