En el deporte acontecen hechos increíbles, en el cine es muy difícil llevarlos con realismo, acercarse a lo que ocurre en los terrenos, hablar de pasta cuando nadie realmente lo hace en la vida real, el presupuesto de los Yankees es comparable al de los de grandes equipos de deporte de nuestro país, pero toda la información que nos llega es confusa, "Moneyball", como todas las películas de deporte de equipo, tiene muchas limitaciones, pero sus ambiciones huyen del convecionalismo de lo heróico de los deportistas de élite para centrarse en el mercado, hay que buscar soluciones, comprar victorias.

Jugadores que cumplan con las estadísticas, sin prejuicios por sus defectos y sus famas, un equipo de 25 infravalorados, todo es totalmente creíble, el manáger que no entra en contacto con sus jugadores hasta que toma decisiones, el secreto de la película está en el equilibrio entre matemáticas y raza para saltar la banca, la ciencia y la experiencia o la intuición de la mano en una pareja recordable para siempre, no hay que llevarlo al terreno personal, hay que llevarlo a que apostaron todo.

El protagonista no veía los partidos, nos ahorramos escenas en directo, así hay tiempo para criticar a la prensa y sus comentarios siempre a favor de corriente, y se centra en sincerarse, en exprimir el tremendo reparto para regalar una historia made in USA, son tiempos para tener algo en que creer y esta historia emocional hizo cambiar el juego, lo reinventó, sangraron, pero rompieron muros, se siguió su modelo.