Su nulidad en escenas de acción o incluso violentas no provocan que sea ese producto estimulante a priori, pero la detallada construcción de un plan que se va inflando hacia esferas peligrosas y su reparto de disfraces y grandes diálogos la colocan en un producto necesario, una trama inteligente, sin necesidad de los recursos clásicos de Hollywood, provoca un viaje que puede ser de una sola marcha, pero que es sólido y definitivo, y que viene limado por muchos detalles como para considerarla una gran película sobre estafas, federales y mafia, al menos un producto que abandona los raíles clásicos del estilo impuesto a base de disparos y carreras de coches.

Presenta su moralidad y mucho humor, un romance genuino y mucho personaje en lo alto de sus carreras, también su director, que provoca que "American hustle" no sea una película aburrida por un lado o excesiva por otro, sino una ruleta de mentiras con mucha vida, en una intriga a la que hace fluir con control y trasladar a la época, es un alimento que puede provocar el aumento de tripa tal como la de Bale.