Esta compleja historia se sumerge en el mundillo de los abogados, luego en de la calle es otro tema, el típico cabronazo con estilo que mangonea la ley para mostrar cómo funcionan algunas cosas según el poder del involucrado, pero repito, no se implanta en L.A. ni consigue ser golfa, habla del protagonista como alguien que saca la basura a la calle pero ahora se ve envuelto en un lío desesperante con un consentido que lleva una navaja con sus iniciales grabadas, rellena la trama con la famila de manera mediocre pero va haciendo la bola más grande hasta el agobio, el que sufre el tipo, yo no, habla sobre la confidencialidad con buenas artes, pero no lo consigue con el mundo de la noche, ni intenta hablar sobre valores humanos, porque lo que plantea es quizás innovador, pero muy complicado, es una intriga sobre montajes y farsas que lleva a jugadas a tres bandas para intentar salir airoso, la cierra por el lado personal más que por el profesional, por lo que no se puede hablar de drama judicial al más puro estilo de otras, el objetivo era entretener y lo consigue, pero enrolla al espectador y la resuelve de manera incomprensible.