Se buscaba con este título algo de potencia visceral, y el pesimismo cumple de sobra con el objetivo de encontrar sensaciones profundas, hay que tener en cuenta que se limita a la raza negra en su mayor parte, decide prescindir del contacto con la burguesía para un mayor sometimiento, pero al adornarlo con el modesto virtuosismo del protagonista, la libertad de expresión con capacidad de superar límites esperados, queda reducida a una película, siempre segura y sólida, pero que debe pedir permiso a los grandes relatos de cualquier drama humano importante.

El silencio como fuerza de supervivencia, no poder contar quién es supone un desgarro palpable, el artista es todo aquel que tenga agallas aún con la cabeza agachada, un viaje con pérdida hasta del nombre y un vendaval de planos propios de un gran director, apunta alto y dará en el clavo, pero en mi opinión no la consiguió con este producto, una película que se puede ver con buenos ojos en su conjunto, y que tan solo deja alguna coletilla provocadora: "Azotar tal cual dice la Biblia", pero de ahí a que sea escandalosa o polémica, y es que se trata de una fórmula ya vista, de la que todos podríamos buscar antecedentes y referencias, este proyecto espiritual sabe mostrar la ira como estado natural, sabe introducir en el tormento del odio y la misericordia y hace sentir dolor con esa carta en llamas, pero no se sitúa entre las grandes de estos tiempos.

Su contenido es más amplio que profundo, y la degradación casi que se siente más por la propia actuación, ésta si es de Oscar, que por el contexto histórico, es un drama de Hollywood en muchas de sus tonalidades, pero hay que reconocer que expresa su desprecio a tal ley nacional y lo hace con verdades únicas, una biografía de suspiros de libertad, cuyo medio de expresión es el miedo y el abuso, una increíble historia real pero en el mal sentido, un anzuelo del que da gusto picar y que encima deja ese buen sabor de boca propia de tal heroicidad, pero quizás, hubiera preferido ese mal gusto de saber que pasó con todos los demás, las mujeres, los que no sabían ni leer, "12 años de exclavitud" es una película dolorosa pero que toma una muestra satisfactoria de un conjunto podrido como es la exclavitud, una muestra que facilita el éxito, misión cumplida, yo me quedo con "Shame".