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España España · la laguna - tenerife - canarias
Voto de stikma:
7
Drama Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de Philadelphia, es despedido del prestigioso bufete en el que trabaja cuando sus jefes se enteran de que ha contraído el sida. Decide entonces demandar a la empresa por despido improcedente, pero en un principio ningún abogado acepta defender su caso. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre todo en el momento en que se estrenó, "Philadelphia" supuso un avance en el entendimiento del SIDA, en como evoluciona la enfermedad sin remedio, pero es en el contexto social donde triunfa, porque el SIDA no lo padecen sólo los adictos a drogas intravenosas que malviven en las calles, se puede contagiar cualquier rango social, además que si muestra la evidente verdad de que los homosexuales son una clase con mayor riesgo de contagio.

El duo interpretativo es genial, dos personajes que parten de un punto en común pero que cambian sus rumbos, de hecho mantienen la película en algunos tramos, si bien es verdad que por sí sola la historia expresa la histeria o los falsos rumores, estos actores los exaltan para concienciar a tantos millones de espectadores que tienen las mismas creencias sobre el SIDA y sobre la homosexualidad y sus prejuicios.

La discriminaciones que sufren estos pacientes terminales y sus dificultades para llevar una vida normal quedan totalmente reflejados, cierto, la cinta pudo ser mucho mas dura, muchísimo mas, y cierto, no hacía falta que cayera tanto en el sentimentalismo, pero aquí hay una idea inteligente con su denuncia social; también es cierto que la película cae en una plana intriga de leyes en su segunda parte, pero la sensación global es que las personas repugnan a los gays y que un enfermo de SIDA debe pensar en su muerte segura.

En mi opinión la cinta no destaca por los sentimientos que emana, no es emotiva teniendo en cuenta lo que se ofrece, pero si es acertada en el planteamiento de la posición que mantienen las terceras personas ante tal epidemia sin solución absoluta a día de hoy, no es tanto el dolor de las marcas en su cara o en su pecho, sino el de sus marcas psicológicas a todos los niveles.
stikma
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