Haz click aquí para copiar la URL
España España · la laguna - tenerife - canarias
Voto de stikma:
7
Drama Sydney es un periodista del "The New York Times" enviado a Camboya en 1972 como corresponsal de guerra. Alli el nativo Dith Pran le sirve de guía e intérprete. En 1975, al caer el gobierno camboyano, los EE.UU. se retiran del país, y toda la familia de Pran emigra a Norteamérica excepto él, que decide quedarse con el periodista para seguir ayudándole. Ambos viven refugiados en la embajada francesa, pero cuando los extranjeros deciden ... [+]
23 de agosto de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un corresponsal y su guía nos acercan a un conflicto secundario que vive a día de hoy y nos enseña a amar y a compadecer a un país de costumbres diferentes con el ímpetu de un periodista de profesión y vocación, con derecho para ir allá dónde esté la verdad, con ese carácter de aquel que no le basta un no, una carrera por el infierno que tiene su mérito al mostrar los errores de EEUU al intervenir y algunas buenas fotos de una masacre como otras tantas en el mundo, pero de esas que igual importan menos...

El lamento de familias destrozadas y una aventura de paciencia y sufrimiento a través de zonas prohibidas con tal de envíar una crónica que consiga primera plana, basada en verdades preocupantes de un futuro debastador donde el realismo no deja descansar, otra mala apuesta que termina por no evitar el baño de sangre o por incrementarlo más bien, mientras plantea el dilema de quedarse o seguir con vida, no es que transmita gran horror, pero sí que es una buena historia de amistad, de fidelidad y remordimientos en medio de otro barco que se hunde y otra bandera que desaparece de la embajada.

Está cargada de buenos sentimientos sin dejar de ser cine americano en un país alzado entre la guerra y la paz, entre la celebración y la muerte y sometido a una confusión que, como película, tanto es que aporte nada nuevo, eso sí, sabe moverse por las calles y hospitales y hacer sufrir a los personajes y consigue la ambientación necesaria para ello, un buen ejemplo de la profesión en situación precaria, se trata de una crónica paso a paso entre la información, la despedida y la búsqueda.

Tras la guerra la opresión es mayor, Dios ha muerto, hay que amar al partido, los niños son los que mandan porque no están contaminados por el pasado en un país fantasma del que huir, una historia final de honor y sufrimiento, de intereses donde el pueblo siempre es un solo instrumento, si estos periodistan existen merecen el premio porque dan a conocer a la gente que vive en la incredulidad y que en muchos países se rodea a los ideales de una demencia irreversible, lo que significa una revolución que promueve una vida de lucha en un país de gran riqueza natural sumido en gritos que no se escuchan, millones de bombas los han dejado sordos, es un encuentro sin fin.
stikma
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow