Unos astónomos con extrañas ventimentas representan con su telescopio en mano el plan que en el futuro sería igual el más importante de la historia de la humanidad, hay exaltación y tiempo para la oposición, con lo que cuesta ir contra la ciencia, hay trabajo en el taller y mucho entusiasmo por una exploración que supone un adelanto, un contexto visionario que ya era novedoso por sólo ver los cañones de fuego, una expedición a ciegas que no sé si ofrece rigurosidad científica con los estudios que había en la época, pero en el cine es el primer intento de ofrecer algo que se pueda llamar efecto especial.

Obtiene la fotografía más importante del género, crea un producto nuevo y son los primeros de llevar la fantasía al cine sobre un proyecto que probablemente nunca pensarían que sucediera, al tiempo que uno puede observar con facilidad lo que cuesta crear un solo decorado, que sensación habrán tenido por ver la Tierra desde la Luna?... todo un homenaje a la astronomía clásica, aunque eso de que nieve... pero bueno, se han divertido sumergiéndose en un cráter que ofrece un mundo de fantasía, una nueva sociedad de selenitas-bomba y un descenso al fondo del océano, la madre de la ciencia-ficción para mi crítica nº 900.