Consigue transladar los sentimientos hacia otras épocas del cine bajo exigentes actuaciones que conecta con la actualidad con el perro como vértice necesario, el ego y el lucimiento se diluyen con carisma y se comparan con el resurgir de una nueva estrella y la llegada del mundo sonoro en el cine, tiene sorpresas, desparpajo e ilusión, se mueve por escenarios y tomas con total naturalidad, como el cine clásico, siempre con calor en cada gesto, fluyendo como cualquier obra común por su gran sutileza en cada secuencia.

Se basa en un hermoso romance que contribuye al homenaje, se mueve entre el ascenso y la rutina, entre géneros y en la industria y su negocio, enseña la transición como hayan hecho otras, la era de las caras parlantes, carne fresca, carreras cruzadas con los viejos obligados a gesticular para transmitir, todo es tierno y sincero, se hace feliz e infeliz con dulzura, el salto a la fama y la negación de adaptarse, aunque no me asegura las razones por las que no se atreve a dar el salto al cine sonoro.

La tierra se traga a los que no avanzan, el truco de "The artist" es que siempre se mueve entre sentimientos contradictorios y los encuentra, se expresa con libertad mediante estilos en cada etapa de la vida, de mansiones a neveras vacías, pasa de los tacones de lujo a botellas de alcohol vacías, del estrellato al aislamiento, una historia de lealtad y orgullo hasta sentirse abandonado por su sombra, un perdedor que desciende al infierno.

Tiene conciencia en su actriz, se acuerda y se decide por cuidarle, la película hace lo mismo con el propio cine mediante un romance sin sensiblería y contínuas escenas de gran capacidad de expresión, ...BANG!... silencio... quieren verle de nuevo, confiar, bailar, respirar.