"Navajeros" es una reproducción libre de las andanzas de un personaje que existió, José Joaquín Sánchez, alias "El jaro", que sirve como archivo histórico del Madrid de finales de los 70, pero que flaquea como película en demasiados aspectos como para aprobarla.

La España que presenta es muy realista, plena transición, muchísima desigualdad económica, delincuencia juvenil, paro, drogas y policías más franquistas que La Falange. Sin embargo, como obra narrativa, es pésima.

Casi todas las interpretaciones son patéticas, salvando las de José Sacristán, el chaval que hace de "El butano" y la chica que interpreta a la novia de "El jaro", ninguna parece mínimamente trabajada, parece como si no se tomaran en serio el papel que juegan. Por si esto fuera poco, la historia que cuenta está llena de un aro de histrionismo que la perjudica gravemente, con situaciones muy inverosímiles y difíciles de creer, poniendo al protagonista cerca de las capacidades de un superhéroe de cómic, de un Don Juan púber, más que de un astuto adolescente, temerario, analfabeto y chulito como era en realidad el personaje real.

Todo lo que pudo haber sido una magnífica historia a lo "Ciudad de Dios" (las afueras de Madrid en los 70 y 80 poquito tenían que envidiar en delincuencia al Brasil de esa película) se convierte en una necedad pueril sólo apta para un público facilón con ganas de ver historias que le entretengan de la forma que sea.