Buen western, de clara y anticipada temática naturalista y también humanista y ecologista, que exalta, además de la amistad, el honor y el sentido de la dignidad, el respeto a los animales y también al ser humano (en este caso para con los indios, tratados por el co-protagonista) como seres inferiores carentes de todo lo que pudieran tener de seres humanos.
Muy interpretada, con un insólito Robert Taylor en el papel de malo con matices, no en vano se le retrata como una persona claramente desequilibrada, y con un veterano Lloyd Nolan en un papel alejado de sus anteriores personajes. Debra Paget, de nuevo como india, está bellísima.
Grandes paisajes, hermosas y muy duras escenas con los bisontes (Taylor masacrando un gran rebaño de ellos, primero con rifle y luego, cuando se le han acabado las balas, con su revólver...).
Una excelente cinta que, sorprendentemente, cuando se enumeran los filmes de Richard Broosk, su director, no se la suele nombrar.

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