Estupendo western, con un gran guión y una interpretación de Richard Widmark admirable (pensar que nunca ganó un Óscar por su interpretación en un filme es una de las cosas de Hollywood que más dentera me da...).
Se ve con, primero sorpresa por la premisa de la historia, y después con admiración por su resolución.
Resulta un tanto extraña, sí, al alejarse el personaje principal de lo que se puede esperar de "un héroe" pero deja un grato recuerdo y ganas de volver a verla, pasados unos añitos.
En efecto, vista de nuevo a finales del año 2015 veo que el paso del tiempo no ha mermado en absoluto la fuerza narrativa, el rigor de la historia, las inmejorables interpretaciones y el uso de una fotografía a toda pantalla, a cargo de Wilfred M. Cline, sencillamente maravillosa.
Un wester vigoroso, entretenidísimo, serio y con mensaje totalmente positivo.
Un gran filme.

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