Muy divertida comedia de corte biográfico, ganadora del máximo premio concedido por el Jurado del reciente Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián 2017, la Concha de Oro.
No digo que se lo haya merecido pero tampoco que no, quizás del de mejor guión le iría mejor, pero es un buen film, que hace reír y sonreír mucho y que está dirigido con mucho cariño y amor hacia el cine por el prolífico James Franco.
Franco logra narrarnos de forma clara, nítida, sin aditamentos supérfluos que no nos dejen ver el bosque que quiere mostrarnos, el de la profesión de cineasta, la lucha denodada por llegar a triunfar en el dificilísimo mundo del cine en Los Ángeles, el valor de la amistad y la aceptación (o quizás no) de la carencia de talento para lograrlo.
Franco no se ríe nunca del personaje que retrata, no lo olvidemos, un ser humano real que todavía vive, y nos lo muestra tal cual es y era, con muchísimo humor pero también respeto.
La película es un sanísimo divertimento lleno de calidad cinematográfica, realizada de forma aparentemente sencilla pero medida en todos sus elementos, sin que nada falte ni sobre.
Poco más de hora y media le basta a James Franco para que salgamos del cine con una sonrisa de oreja a oreja, habiéndonos hecho pasar un rato realmente feliz.
Enhorabuena.

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