Vista dos veces, la primera me pareció bastante fuerte y algo desagradable, sobre todo en una escena de una cena, que se las trae.
La violencia física y verbal, las más turbias pasiones de un tranquilo pueblo español, son presentadas con turbiedad, oscuridad y falta de escrúpulos, bajo un gran manto de hipocresía social que lo impregna todo.
Me pareció esa vez que estaba bien narrada y muy bien interpretada, aunque vuelvo a recalcar que era un pelo fuerte en las escenas de sexo y las violentas, que son pocas pero retratadas con crudeza.
Vista otra vez, ya me pareció más mediocre, con algunos tiempos muertos y un estatismo en ciertos momentos que dejaba un sabor un tanto agridulce. Tal vez era solo que ya me sabía la historia pero me pareció peor que en la primera visión.

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