Película basada basada en las memorias del actor Peter Turner, actor británico que tuvo como amante a la oscarizada gloria del Hollywood dorado Gloria Grahame.
Siendo en todo momento sensible, tierna, enormemente romántica, a la par que dura e inexorable en cuanto al destino que depara a los dos amantes, lo mejor de todo es su estupendo guión a cargo de Matt Greenhalgh. Se consigue que los varios blash-backs existentes, enriquezcan de forma natura, nada impostada ni recargada, la bella y a la vez bastante triste historia de amor que es el leif motiv del filme.
Una cinta en todo momento interesante, muy bien interpretada, no sólo por la cada vez más grande Annette Bening, sino también por Jamie Bell aquí, en mi opinión, en su mejor interpretación. Su rostro en los momentos de máxima intensidad dramática, cuando las cosas vienen mal dadas, es de una máxima expresividad. Esos ojos tristes, él a punto de echarse a llorar pero logrando contenerse, muestran a un gran actor de carácter en su, hasta el momento, el mejor papel de su carrera.
Pero hay más, la bellísima fotografía, la banda sonora, nada estridente, con bonitas canciones, y el acompañamiento de los otros intérpretes, con la gran Julie Walters a la cabeza.
Un película recomendable, que se debe ver con tranquilidad, degustando la labor de dirección siempre elegante y sutil de Paul McGuigan, dejando al final un poso a sabor de excelente cine.

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