Entretenida producción de Dino de Laurentiis, con todo lo que ello significa. Esto es, espectacularidad, y entretenimiento a partes iguales.
Lo consigue, cosa que no siempre logró. Y lo hace al tener tras las cámaras a un hombre experimentado, que sabe no irse por las ramas para narrar una simple historia de venganza. Solo que en este caso no es entre seres humanos, sino entre un animal (con ama humana, sí) y entre un hombre que se equivoca en sus acciones.
El resultado final es una peli que hace pasar bien el rato al tener la duración adecuada y al ser narrada de forma efectiva, con espectacularidad, bella fotografía y unos adecuados intérpretes, entre los que destaca facilmente la fuerte personalidad de Richard Harris, siempre excesivo, pero buen intérprete.
En el lado, no negativo, pero que sí no convence, ni falta que hace, está la algo más que extraordinaria inteligencia de la orca en cuestión. Es más lista que el hambre y alguna de sus acciones son no ya increíbles, sino inverosímiles del todo, como cuando prende fuego a todo el embarcadero. Solo faltaba que hubiera salido del agua, hubiera prendido una cerilla y a correr...o mejor nadar. En fin, queda muy bonita la secuencia, pero no cuela, vamos.

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