Entretenida fantasía oriental, ya llevada varias veces al cine, recordándose de manera especial la peli de animación en la que el siempre recordado Robin Williams hizo un extraordinario trabajo doblando al genio.
En esta ocasión tenemos en dicho papel al siempre simpático Will Smith, que lo hace francamente bien, de manera entusiasta. El resto de intérpretes también están perfectos en sus respectivos papeles, siendo creíbles en sus distintos roles.
La cinta tiene espectacularidad, ritmo, un gran empaque técnico, algunas bonitas canciones y bailes, y la acción no decae nunca, haciendo que, aunque sepamos de memoria la historia y nada nos sorprenda realmente, acabe gustándonos.
Es muy amena y cumple sobradamente su objetivo.
Deja un agradable sabor, como debe ser en un producto Disney.

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