Más o menos entretenido western espaguetti, del que lo mejor que se puede decir es que se puede ver sin que moleste.
Es mejor que muchos del mismo pelo y peor que otros, pero sí que está realizada con soltura y hay situaciones que no son para tirar cohetes, pero sí que resultan amenas y algo curiosas. De todas formas, tiene los mismos defectos que la mayoría de los spaguettis, una violencia gratuita, algunas peleas a puños especialmente mal rodadas, como una entre el protagonista y uno de los hombres del malo, donde se ve perfectamente que los puñetazos los dal al aire. Pero no pasan los puños cerca de sus rostros, no qué va, a mucha distancia, directamente al aire. En fin, que da un poco de grima.
En el lado positivo, que no es aburrida, algunos intérpretes le dan lustre, como el gran José Suárez, en aquél momento caracterizado en esos sub-productos, y un personaje curioso, el que interpreta bien Hugo Blanco, siempre buen actor.
En fin, que no se diferencia mucho del resto de spaguettis, pero es pasable, lo que ya es bastante.
¡Ah!, y la música de Antón García Abril es bonita (sí, se parece a la de Morricone en algunos acordes, pero eso era lo normal en aquella época).

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