Recientemente vista, ha supuesto para mi una agradable sorpresa. Agradable por cuanto pensaba (y he acertado) que se trataba de una película propagandística, pensada e ideada para hacer tomar conciencia a la población estadounidense (y alemana, si había alguna posibilidad de que esta supiera de su existencia) sobre los peligros del nazismo.
Debemos tener en cuenta de que la cinta es de 1941, es decir, filmada en plena II Guerra Mundial.
Pero este trabajo, lejos de ser meramente propagandístico, es un buen exponente de lo que el cine de Hollywood podía hacer en aquellas felices (cinematográficamente hablando) décadas de los treinta y cuarenta.
Bien narrada, con buen pulso dramático, momentos de tensión, supense e intriga, y una bonita historia de amor, la peli se degusta con placer, al ser muy entretenida.
Cierto es que carga las tintas sobre "los malos", sobre todo el coronel nazi, pero había que hacerlo para que el/la espectador/a "se diera" cuenta de lo terribles que eran los nazis en el fondo.
La realidad es que es una cinta muy amena, que deja muy buen sabor de boca.