Vista dos veces en mi vida, la primera de ellas, en uno de los mejores cines de Bilbao, cuando se estrenó, pensé esto de ella:

"Menospreciada por la crítica, es una película muy entretenida, y apasionante en algunos momentos.
Se sigue con mucho interés, y las interpretaciones son buenas.
Gusta mucho".

Ahora, viéndola en noviembre de 2019 trato de acordarme porqué escribí eso de que la crítica la menospreció. Tras verla por segunda vez he leído alguna crítica al respecto y no la ponían mal en líneas generales.
En esta segunda visión me da la impresión de que, aún con algunas duras escenas, es un poquito light, al menos comparándola con el cine de hoy en día, más explícito en las escenas que se quieren denunciar, sobre todo si estas contienen violencia y crueldad, como es el caso.
Pero aprecio su mensaje de denuncia de unas aberrantes condiciones para con los presos de una penitenciaría, llevada de forma totalmente corrupta tanto por internos del lugar como de políticos y empresarios, que tratan y consiguen sacar beneficios económicos dejando en tercer o cuarto plano a los internos.
Y lo que más me ha gustado ha sido volver a ver a excelentes intérpretes, algunos de ellos ya desaparecidos.
Creo que sigue estando bien y todavía conserva al menos su encanto ético-moral.

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