Uno de los indiscutibles clásicos de la ciencia ficción.
Todo es de calidad, aunque fuera en su tiempo considerada como serie B, sin duda al no haber (excepto el gran Vincent Prince) ningún primer intérprete.
Pero su guión, transgresor y rompedor con la concepción que el cine había hasta ese momento hecho con la figura del científico, la inteligente y terrorífica utilización de los sonidos, y un empleo del flash-back que otorga una inquietud e intriga de gran intensidad dramática, hacen de este film, que resulte imperecedero y siempre sea motivo de simpatía su recuerdo.
Vista por segunda vez, ya en el siglo XXI compruebo que no ha perdido vigencia ni fuerza dramática. Y es que Kurt Neumann ya demostró en otros trabajos su pericia tras las cámaras, con claros ejemplos de cine de género bien hecho donde se aúnan comercializad como calidad.
Sí que es distinta al remake con Jeff Goldblum de protagonista, esta más intensa narrativamente, con sugerentes elementos terroríficos y quizás incluso más trascendencia en el plano "filosófico", pero la genuina, de la que hablo, la del año 1958 conserva todo su encanto, tiene una inmejorable puesta en escena y aspectos como los efectos de sonido e impecable fotografía son de grandísima calidad.
Una excelente cinta de ciencia ficción para volver a ver cada cierto tiempo.

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