Podemos empezar por ponerle adjetivos como sosa, insulsa, banal o incluso algo frívola. La película de Josh Boone pasó tan inadvertida por taquilla como lo es la propia cinta. No hay nada a destacar, ni reparto, ni guion...se podría decir que no tiene ni alma.

La película divaga de un lado a otro sin arriesgar lo más mínimo, y aquí yace su mayor problema. El miedo a salirse del marco de este tipo de películas, hace que la cinta no termine de despegar en ningún momento y se queda en tierra de nadie. No llega ni a ser una película de terror, ni mucho menos una peli trepidante de aventuras. Es más, hasta el final no ocurre absolutamente nada, hay un poquito de evolución en los personajes pero nada más a relumbrar.
Por destacar algo, cabe mencionar la ambientación en un par de escenas y los poderes de Magik, interpretada por Anya Taylor-Joy que es de lo poco rescatable, aunque su papel es bastante cliché y odiable durante la primera hora.

En el film los personajes intentan salvarse a si mismos pero lo que no logran salvar es al espectador del sopor durante los 90 minutos que dura. En fin, ahora solo nos queda esperar a que los mutantes vuelvan a casa y ver si con Marvel Studios vuelven a alzarse entre los grandes del cine de superhéroes.