Imaginaros que fallece un mandatario europeo y que a su funeral asistirán todos los compañeros mandatarios de todo el mundo, de las principales potencias, aunque no vaya nuestro presidente español porque nosotros está claro que no pintamos nada en la política europea y mundial. Pues ésto es lo que nos trae esta película, continuación de "Objetivo: la Casa Blanca", teniendo como escenario, nada más y nada menos, que a Londres, maravillosa ciudad a la que me han entrado unas ganas enormes de ir en cuanto termine esta pesadilla del coronavirus.

Londres sería, posiblemente, el lugar más seguro del mundo en esta película, ya que los mandatarios que van a asistir al funeral del Primer Ministro inglés llevarán cada uno su fuerte seguridad personal, pero nada más lejos de la realidad porque ahí están los musulmanes sedientos de venganza y dispuestos a morir por su honor.

Gerard Butler retoma el papel de Mike Banning y se convierte en el ángel de la guarda del presidente americano, de nuevo, protagonizado por el guapo Aaron Eckhart. Ambos tienen química y cumplen de sobra.

Angela Bassett retoma su papel como directora del servicio secreto americano y Morgan Freeman vuelve a poner la mano para cobrar el cheque que, abiertamente, es lo que le motiva a ponerse en la piel del vicepresidente americano aquí. Melissa Leo apenas sale, nada que ver con la primer película de la saga en la que tenía más protagonismo.

Da miedo pensar que algo así pueda ocurrir en la vida real. Repito que, después de lo que nos está ocurriendo con este virus propagado por todo el mundo tan fácil y rápidamente, yo ya me puedo creer cualquier cosa.
Un saludo y ánimo, ya nos queda menos para salir de ésto.
Tess
"La venganza siempre debe ser profunda y absoluta".