Pequeña y entretenida película de las que se pasan en un suspiro y con una protagonista con la que te puedes sentir fácilmente identificada.

La normalmente secundaria actriz Melanie Lynskey es aquí la dueña absoluta del show, el centro de atención, y me encanta porque me parece una muy interesante actriz que suele estar bastante desaprovechada.

Aquí ella es Amy Minsky, una treintañera divorciada que tiene que volver a vivir bajo el techo de sus padres y que se encuentra totalmente perdida y con la autoestima por los suelos ya que durante todos sus años de matrimonio no ha hecho otra cosa que apoyar a su marido. La actriz está natural y encantadora y tiene una muy buena química con su compañero, un joven desconocido llamado Christopher Abbott que interpreta a un veinteañero que entra sin avisar en la vida de la recién divorciada y que le hace sentirse bien con sigo misma por primera vez en mucho tiempo.

Y es que la vida es así de maravillosa y, a veces, nos pone en el camino a personas que creemos que no tienen nada que ver con nuestro estilo de vida, con nuestro círculo social, con nuestra cultura o edad, y que se convierten en lo más bonito que nos ha pasado en años.

Junto a estos dos actores, la veterana Blythe Danner en un papel de madre estricta y poco comprensiva, maravillosa como en ella es habitual.
Recomendable.
Un saludo,
Tess