Siguiendo con las películas de la era dorada de Bruce Willis en las que el veterano actor trabajaba a toda máquina y, además, lo hacía bastante bien, le toca el turno a esta "Mercury Rising", en la que Willis es un agente del FBI al que le toca proteger a un niño de 9 años que resulta que es autista y, la verdad, la película está bastante entretenida.

Dirige otro de esos artesanos que dejaban películas muy decentes, un Harold Becker que además de trabajar con Willis, quién está francamente convincente como protagonista, vuelve a coincidir con otro actor como el atractivo ex marido de la actriz Kim Bassinger, un Alec Baldwin que no está pasando en este momento por una buena etapa, ni mucho menos, pero que en aquella época también trabajaba a pleno rendimiento y que ya había colaborado con el director en otra película más que entretenida como era "Malicia".

El niño al que Willis protege no es otro que Miko Hugues, al que yo había descubierto en la escalofriante "El cementerio de animales", y que aquí está francamente sorprendente como autista, bravo por el pequeño actor que en su etapa adulta no ha destacado tan brillantemente.
En papeles bastante secundarios podemos ver al sueco Peter Stomare y a la correcta Kim Dickens.
Entretenida y palomitera.
Un saludo,
Tess